Revista Cultura y Ocio

Economía para la tribu (III)

Por La Cloaca @nohaycloacas

Publicado por José Javier Vidal

En el anterior artículo habíamos expuesto cuales son los problemas básicos de los que se ocupa la economía – qué, cómo y para quién se produce en una sociedad determinada – y explicado cuales son los medios – factores de producción los llaman los economistas – con los que se intenta resolver esos problemas y las tres grandes categorías en las que, tradicionalmente, son agrupados: tierra, trabajo y capital.

Esas tres preguntas son problemas porque, para responderlas, los medios o recursos con los que contamos son escasos, o, en otras palabras, se encuentran disponibles en cantidades no infinitas sino limitadas. Este concepto, el de escasez, es, insisto en ello, clave, más todavía, es la clave de la economía. Sencillamente, si no hubiese escasez, si los recursos no fuesen limitados en relación a las necesidades que pretendemos satisfacer con ellos, la economía, como ciencia y como actividad humana, no tendría razón de ser. Es imposible exagerar la importancia de esta idea. Por eso, volveremos a ella en más ocasiones. Por lo pronto, la escasez explica la existencia de un límite a la cantidad de bienes y servicios que puede producir una sociedad determinada en un momento dado. Llegamos así a un nuevo concepto básico, fundamental, en teoría económica: la frontera de posibilidades de producción.

Para hacer más comprensible el ejemplo, supongamos que en un país sólo se pueden producir dos bienes – cañones y mantequilla, en el clásico ejemplo de Samuelson y Nordhaus, o coches y ordenadores en el gráfico que he “pescado” en las imágenes del sabelotodo Google y que usaré en esta explicación -. Ese país, que cuenta con unos recursos limitados y una determinada tecnología, tendrá que elegir entre emplearlos en producir únicamente ordenadores, producir únicamente coches o producir cualquiera de las posibles combinaciones entre ambos extremos. Gráficamente, esto se representa así:

dada

Si los habitantes de nuestro país imaginario decidiesen dedicar todos sus recursos con la tecnología disponible a producir exclusivamente ordenadores, fabricarían 3.000 unidades de éstos y ningún coche. En el gráfico, esta opción extrema se representa con el punto situado en el eje vertical o de ordenadas. Si, por el contrario, optasen por producir únicamente coches, de las líneas de montaje saldrían 1.000 vehículos pero ningún ordenador. En el gráfico, esta otra opción viene dada por el punto situado en el eje horizontal o de abcisas. Las, teóricamente, infinitas combinaciones posibles entre un extremo y otro son los puntos de la curva dibujada en el gráfico. Esta curva es, precisamente, la frontera de posibilidades de producción. A título de ejemplo, se han señalado mediante puntos en la curva, es decir, en la frontera, dos de las combinaciones posibles: 2.200 ordenadores y 600 coches, en un caso, y 2.000 ordenadores y 700 coches, en otro.

La frontera de posibilidades de producción nos dice cuáles son las combinaciones posibles de bienes y servicios que puede producir una sociedad cuando emplea, repito, todos los recursos y la tecnología disponibles en ese momento. Cualquier punto situado a la derecha y por encima de la curva – supongamos, 4.000 ordenadores y 900 coches – se encuentra fuera de las capacidades de esa sociedad, en el mundo de lo “imposible”. Los puntos a la izquierda y por debajo, en cambio, sí son combinaciones que están el mundo de lo “posible” – 1.000 ordenadores y 300 coches, por ejemplo -. La curva es, de ahí su nombre, el límite, la frontera, entre un mundo y otro.

Pero, atención, los puntos situados a la izquierda de la frontera no están sólo en el mundo de lo “posible” sino, también, de lo “ineficiente”. Eficiencia, otro concepto básico en economía, significa que se están usando de manera óptima todos los recursos disponibles, que no se está desaprovechando ninguno o, en otras palabras, que únicamente se puede aumentar la producción de un bien disminuyendo la producción de otro. Vemos, pues, que la frontera de posibilidades de producción marca no sólo el límite entre los mundos de lo posible y lo imposible, sino que también nos dice las combinaciones de bienes y servicios que puede producir una sociedad o país si usa eficientemente sus recursos.

Un último apunte sobre la frontera. Una sociedad no sólo se puede desplazar por ella, es decir, producir más de un bien renunciando a una determinada cantidad de otro, sino, también, desplazar la frontera hacia la derecha. O lo que es lo mismo, aumentar su capacidad productiva. ¿Cómo se logra esto?. Incrementando la dotación de capital y, sobre todo, con el avance tecnológico. De ahí que la inversión en investigación y desarrollo sea vital para un país. De esto hablaremos en próximos artículos.

Si fuese factible echar un vistazo a la “frontera” de un país o de una sociedad y en qué puntos se sitúa respecto a ésta, podríamos hacernos una idea de cuáles son las respuestas que está dando a los tres problemas fundamentales de la economía: Qué producir – bienes de capital o de consumo, bienes públicos o privados, AVEs o Investigación y Desarrollo,…-, cómo producirlo – ¿Se está en la misma frontera o por debajo?, ¿Se están usando todos los recursos disponibles o se están despilfarrando?, el desempleo, en especial, es un formidable despilfarro del recurso más importante, el humano – e, incluso, para quién se produce. Que una sociedad decida producir más artículos de lujo que libros de texto, nos da una idea de por dónde van los tiros. “En el mundo actual”, dice el oncólogo brasileño Drauzio Varella, “se está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina y silicona para mujeres que en la cura del Alzheimer. De aquí a unos años, tendremos viejas de tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos recordará para qué sirven”. En ese punto de nuestra frontera de posibilidades de producción, la de la sociedad contemporánea, nos encontramos…


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