Revista Danza
Hiroki Yamamoto
Juro que cerré los ojos
y en ese instante oí una voz
que con tono quejumbroso me llamaba.
Al girarme en la cama
mi vista enajenada
no reconoció ningún rostro.
Mas percibía de manera precisa
un mensaje lapidario
que me sumió en la aflicción.
Todavía estoy rastreando su procedencia,
aunque no descarto que fueras tú,
o un eco de tiempos remotos.
Aquellas frases sin pensar
que se dicen cuando crees
que el amor dura siempre.
Meri Pas Blanquer