La última semana Ecuador vivió días de tensión por el anuncio del asilo concedido al periodista australiano Julian Assange y tras la amenaza británica de irrumpir en la embajada en Londres, informó PL.
El tema continúa en la palestra dada la negativa de las autoridades inglesas de concederle el salvoconducto al periodista australiano para que abandone ese país y su invariable decisión de extraditarlo a Suecia, con la posibilidad incluida de ingresar a la legación diplomática ecuatoriana en Londres.
Ecuador expuso su rechazo a la anunciada incursión de ese gobierno en su legación para arrestar a Assange, en caso de que no le fuera entregado, y argumentó que en su condición de Estado soberano concedió el pedido al fundador de Wikileaks, considerando que existe peligro para su vida.
El canciller Ricardo Patiño expuso 11 razones por las cuales se aceptó conceder el asilo al fundador de Wikileaks, luego de comprobar que existen indicios de que una vez en Suecia, donde es reclamado por supuestos delitos sexuales, sería enviado a Estados Unidos y allí condenado a la pena capital acusado de espionaje.
Patiño, a nombre de su gobierno, reclamó a los bloques integracionistas de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) sendas sesiones extraordinarias para ventilar el asunto y alcanzar una posición común al respecto.
También demandó un pronunciamiento a la Organización de Estados Americanos (OEA), que convocó de igual modo a una reunión de Cancilleres a ese nivel, a fin de evaluar los argumentos ecuatorianos respecto a la advertencia londinense, la cual, consideran, viola tratados internacionales.
En cuanto a las denuncias desde Quito, varias personalidades de la región ya expresaron su rechazo a esta maniobra del Reino Unido, la cual, argumentan, pretende facilitarle a Estados Unidos juzgar a Assange.
La embajadora de Ecuador en Londres, Ana Albán, confirmó que en el proceso de negociaciones, nunca se consiguió de Suecia ni del Reino Unido las garantías de la no extradición a territorio estadounidense, lo cual ratificó las presunciones expuestas por el ciudadano australiano en su petición de asilo.
Albán expuso que las conversaciones marchaban bien, pero nunca se imaginaron que los interlocutores invocaran una ley interna de 1987 de ese país para ejercer su potestad por encima de tratados internacionales.
Ecuador ha reiterado su posición de no acceder a presiones externas ni aceptar la agresión en su territorio, por lo que continuará recabando apoyo internacional, dispuesto a encontrar una salida a esta situación.