ausencia
Por Melissa Ramírez Hernández
Sé de cuerpos que en la nada
transmutan en podredumbre
y del agua que en la cumbre
vuélvese blanca y helada.
Sé de tristes madrugadas,
café fuerte y suave tilo,
que en la vertiente del Nilo,
cien veces cabe La Habana.
Sé de un ave que en sus alas
lleva zurcidos los trinos;
que a veces en los caminos
suelen haber rocas altas.
Sé del aire, de las plantas,
del corazón también sé,
de las piezas de ajedrez,
de mares, olas y anclas…
y de ti, lejana barba,
de todo y nada yo sé.