Revista Cine
Título original: Eddie - The Sleepwalking Cannibal
Año: 2012
Duración: 90 min.
País: Canadá
Director: Boris Rodriguez
Guión: Alex Epstein, Jonathan Rannells, Boris Rodriguez
Música: David Burns
Fotografía: Philippe Kress
Reparto: Thure Lindhardt, Dylan Smith, Georgina Reilly, Stephen McHattie
Sangrienta inspiración.
Lars Olefssen, el que fuera un gran pintor de fama internacional, se encuentra en horas bajas y no es capaz de superar la ansiedad ante el lienzo en blanco. En busca de un cambio de aires decide mudarse a un pequeño pueblo Koda Lake (Canadá) para ser profesor en una desconocida escuela de arte. Nada más comenzar su nueva vida como docente se verá obligado a hacerse cargo de Eddie para mantener su empleo. Un joven que sufre mutismo desde que observo la trágica muerte de sus padres y requiere cuidados especiales. Aunque los problemas de Lars no han hecho más que empezar ya que su nuevo compañero de piso es sonámbulo y mientras deambula por todo el vecindario, se come a todo ser vivo que se le cruce.
Primer largometraje de Boris Rodriguez con el que ha conseguido diversas nominaciones y premios (Black Tulip Award; Grand Prize of European Fantasy Film in Silver; Méliès d’Argent, Leeds IFF) En este film nos encontramos con un tema central, la ansiedad ante el lienzo en blanco (largas noches sin dormir, años de nula producción, no superar la línea de la mediocridad…) y qué hacer para combatirla y no volver a caer en ella pase lo que pase. En el que destacamos su novedoso enfoque, fresco repleto de situaciones hilarantes, tanto que a veces consigue sacarnos alguna carcajada.
Nos encontramos ante un film dinámico que se puede hace corto, aunque dependerá de las ganas de implicarse del espectador. Uno se puede quedar solo con las situaciones extrañas que rozan lo cómico, las cuales en ningún momento buscan lo macabro y es difícil que hieran sensibilidades. Pero si uno quiere profundizar y consigue trascender de estas situaciones, nos encontramos con un film diferente, más serio, con una fotografía muy buena de Philippe Kress, sobre todo para los amantes de las zonas heladas. Con una atmósfera recurrente que rodea la película “el arte y el proceso creativo” y que además nos plantea una gran equiparación; El proceso creativo como adicción. Incontrolable, en escalada y por el cual nuestro protagonista realizará cualquier acto por vil o despreciable que parezca, en su nombre.
Y como no podía faltar, si hablamos de arte hay que mencionar a otros que fueron grandes. Durante todo el film nos encontramos perlas escondidas que nos sorprenden con frases de pintores famosos (Cezanne, Picasso) sobre lo esquiva que es la inspiración; y fragmentos de óperas (Mozart, Verdi…) que despiertan nuestra atención en los momentos clave para integrarnos más en el traumático proceso creativo del torturado pintor
Para finalizar, aunque el reparto no cuenta con grades conocidos, si uno no es aficionado al cine danés, si que merece destacar la actuación de la extraña pareja Thure Lindhardt (Sandheden om mæn, Julefrokosten) que borda los momentos creativos del tormentoso Lars, y Dylan Smith (High Chicago, Love & Savagery) que sin decir ni una palabra durante todo el film se convierte en un más que notable autista de día y un violento caníbal en sus escarceos nocturnos.
Resumiendo, nos encontramos con un film bastante completo, que recomiendo a todos aquellos que viven el día a día el proceso creativo, y como no, para todos aquellos que disfruten de propuestas novedosas y atrevidas.
Firma: Daniel Manso.