Revista Insólito

Edén en Astorga

Publicado el 21 abril 2020 por Monpalentina @FFroi
ASTORGA | Catedral

Edén en Astorga
Me dijeron aquel verano de 2015 que íbamos a menesteres gastronómicos, pero que ¡como pasaban por allí...!
Esa falta de formalidad me ofendió mucho y me resistí todo lo que pude porque no entraba dentro de mis planes, pero a fuerza de estirones no me cupo remedio alguno.
Edén en Astorga
Aunque, eso sí, tuve que acceder sin disimulo alguno.
Edén en Astorga
Y hasta sacándoles "cartulina amarilla" arbitral.
Edén en Astorga
El edificio al que me llevaron comenzó a edificarse por su cabecera el 16 de julio de 1471 en estilo gótico. Éste fue levantado sobre los restos de una anterior catedral de estilo románico que había sido consagrada en el año 1069, que pudo tal vez ser terminada a mediados del siglo XIII, sin que se tengan muchas más noticias, ni siquiera testimonios sobre su construcción.
Edén en Astorga
A principios del siglo X ya existía en Astorga una iglesia catedral, que lógicamente debería responder a un estilo Prerrománico, la cual quizás correspondería a la que la gran mayoría de las referencias y obras tratan sobre la historia catedralicia asturicense, siendo ésta la primitiva base de otra catedral románica del siglo XI, y de la gótica del siglo XV. Debió comenzarse su  construcción románica en el siglo XI, pues consta consagrada, sin terminar, el 20 de diciembre de 1069. Esta catedral, que finalmente se terminará de construir el siglo XVIII, se encuentra situada en la esquina Noroeste de la prácticamente rectangular parcela cerrada por la muralla de Astorga, como corresponde originalmente a un campamento militar romano. Casi en la esquina diagonalmente opuesta de la civitas, es decir, la Sureste, se han hallado multitud de restos romanos como el Foro, el foso, la ergástula o cárcel, e incluso románicos, como las iglesias de San Julián y de San Bartolomé. En 1120  la reina Doña Urraca  la donó a favor del obispo de Astorga Don Pelayo
Edén en Astorga
Menos mal que ante la casi total ausencia de elementos románicos  pero saciada su impenitente curiosidad, la visita fue rápida y al fin conseguimos el ansiado destino prometido: un cocido maragato que, por las imágenes que recuerdo, parece que les satisfizo mucho más. Será por aquello de que " ¡no solo de románico vive el hombre!
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