A medio camino entre Santibáñez de Val y la escondida y hermosa aldea burgalesa de Barriosuso, sobre una pequeña caliza a orillas del río Ura, se alza la diminuta ermita mozárabe dedicada a Santa Cecilia.
El enclave es solitario, con el río deslizándose sonoro entre chopos esbeltos. A su lado brota un manantial y, contiguo, un puente romano que permitía el acceso a la calzada secundaria que tenía a Clunia como destino o punto de partida.
Construido en el siglo X, el templo consta de un ábside cuadrado y nave rectangular más ancha y larga. Por el exterior, sobre la cabecera se yergue una pequeña torre campanario.
Por delante, su galería porticada construida con mampostería y sillarejo.
La portada que se abre al Meridional, es románica del siglo XII con dos arquivoltas de medio punto y junto a ella dos saeteras, una a cada lado.
La galería porticada con dos arcadas a ambos lados se ornan con sobrias impostas lisas en las que hacen de capiteles gruesos pilares de sujeción y tacos.
El interior, funcional. Presbiterio de medio punto románico sobre arco primitivo de herradura, y ábside de bóveda.
Que ilumina un precioso y singular vano que se talló en una sola pieza pétrea en forma de cruz angosta y terminando sus brazos en lóbulos.
Y a todo esto, yo deseando que pararan ya. Eso sí, que "pararan" en el cercano Parador de Lerma como así ocurrió.