Templo de Sant Estève y templo-cementerio de Sant Sernilh | Betrén
Las primeras noticias de este templo datan del siglo XIV, y su construcción delata el tránsito del románico en la temática escultórica que cobija su estructura constructiva gótica.
Pues... ¿qué queréis que os diga?. No se si se lo hacía con intención docente para que se reformara o con un poquito de mala leche para meterle miedo, pero cuando lo llevé a ver el románico de la localidad leirdense de Betrén, en el precioso Valle de Arán, es como si no se hubiese movido de Vielha pues en lo único en que se fijaba era en la similitud de la portada principal del templo de Sant Estève de Betrén con el de la vetulense de San Miquèu.
Las primeras noticias de este templo datan del siglo XIV, cosa no extraña pues su construcción delata el tránsito del románico en la temática escultórica que cobija su estructura constructiva gótica. Lo que más llama la atención es esa portada formada por cuatro arquivoltas con decoración abigarrada en todos sus arcos en degradación y que contienen el tema del Juicio Final.
Un juicio que, según apuntó esta especie de leguleyo transido, se adelantó a los tiempos de igualdad de género pues aparece presidido por la jueza Virgen con el Niño en su regazo en lugar del Cristo-Juez.
En las arquivoltas del lado izquierdo, los condenados sustentados en la parte central por la Muerte con guadaña de la que una madre intenta proteger a su hijito.
A las que se contraponen las correspondientes del lado contrario - el derecho- con la representación de los justos.
Y que descansan sobre columnas de capiteles historiados ( bestias, dragones) y una curiosa y atípica representación de Adán y Eva
Mientras que las del lado izquierdo, la de los condenados pecadores, apoyan sobre columnas coronadas con capiteles vegetales.
Les apercibí con tiempo que no se dejaran llevar por las apariencias, ya que pese a tener estos tres ábsides que los ensimismaban, el templo de Sant Estève solo tiene una nave de bóveda apuntada sobre tres arcos fajones que fue realzada. El conjunto absidial resulta soberbio con cabeceras poligonales de cinco lados el central y tres los dos laterales.
Justo encima del ábside central un llamativo vano apuntado con un rosetón al que franquean un centauro y una sirena y se deja acompañar en su lado derecho por apliques reaprovechados del caballero y la dama en un sugestivo reencuentro.
Esta ventana gótica aparece coronada por espadaña de tres ojos, dos en el piso inferior y uno en el superior.
En el muro Oeste, un gran ventanal protegido por guardapolvos de bolas cobija un estrellado rosetón con flor pentapétala en su centro y flanqueada por dos aves de presa, un búho con presa y un águila.
Viendo que ni los tormentos del Juicio le conmovían - ahí le salió la vena de abogado viejo-, lo convencí para ver si otro templo lo remediaba. Así que, sin salir del pueblo lo llevé a ver el templo románico del siglo XI que fue originariamente el parroquial: Sant Sernilh o San Saturnino como a él le gusta llamarlo por aquello de crear coleguismo.
Su torre cuadrada de cubierta octogonal data del siglo XVI.
De la construcción original, en el muro Sur los cuatro pilares que revelan la existencia de otros tantos arcos fajones de sus dos naves hoy derummbadas por lo que su espacio se reconvirtió en cementerio. Crismón, flor exapétala y cruz griega resaltan su actual uso.
Mientras, el friso del siglo XII se ahoga en una ventana.