Templo de San Cipriano | Bolmir
El templo de San Cipriano es una construcción románica de finales del siglo XII que presenta una nave única a la que se añadirían posteriormente capillas laterales en el presbiterio.
Aunque esta pequeña localidad cántabra no aparece documentada hasta 1057 en que el Cartulario de Santillana la refiere, ya en el año 1352 aparece mencionada como una entidad territorial de curiosa naturaleza administrativa como partición de otras y que, "con iglesia propia", tres partes eran del abadengo del monasterio de San Andrés de Arroyo y la cuarta parte una behetría de Gómez Gutiérrez de Horna, la cual estaba exenta explícitamente en los "derechos del rey" de yantar y de fonsadera y en la que solo pagaban la martiniega los vasallos del abadengo y no los de la behetría.
Con estos antecedentes ya os figuraréis lo que ocurrió aquel verano de 2010.
El templo de San Cipriano es una construcción románica de finales del siglo XII que presenta una nave única a la que se añadirían posteriormente capillas laterales en el presbiterio. La portada se abre en el muro Sur con guardapolvos y tres arquivoltas de la que la superior y la inferior son de moldura de baquetón y la central de arista lista.
Carente de tímpano, la arquivolta inferior descansa en sendas columnas rematadas por capiteles de águila con alas abiertas
y leones, respectivamente.
La cornisa que protege la portada acoge ocho canecillos con barril, carnero, escena de danza, conejo acrobático y hombre tocando un cuerno.
A ambos lados de la portada, una ventana de arco de medio punto y arquivolta sujeta por capitales decorados.
Y sobre la del lado izquierdo, una placa empotrada con dos animales descansando.
El ábside con su alero de canecillos de temática erótica
con hombres itifálicos y mujeres en posturas procaces.
También canecillos de parecida temática recorren el alero de la nave.
Se remata este curioso templo con espadaña exenta provista de tres vanos rasgados que miran lejos en un intento desesperado de encontrar esperanza.