Gran Guía de Templos Románicos
Nuestra Señora de La Antigua o de Septiembre | Butrera
Prueba evidente de su antigua importancia es que, al parecer, existió aquí un monasterio dedicado a San Quirce y, en la actualidad, su iglesia dedicada a Santa María La Antigua o Nuestra Señora de Septiembre, románica del siglo XII.
A 9 kms de Villarcayo y 86 de Burgos, siguiendo el valle del río Trema en la Merindad burgalesa de Sotoscueva, encontramos la localidad de Butrera "nido de buitres". Está rodeado por Villanueva la Blanca, Torme, Pereda, Hornillayuso y Linares. Era lugar de realengo, como atestigua el Marqués de la Ensenada en su Catastro y encontramos su nombre escrito por primera vez en el censo-pesquisa que el rey Pedro I llevó a cabo en el año 1352 en toda Castilla, que dió lugar al llamado Libro de las Behetrías. Aunque hubo de ser un lugar importante en la Edad Media, sin embargo, el número de sus habitantes en los últimos tiempos ha sido bastante reducido. No figura en el Diccionario geográfico de Pascual Madoz en 1748, por lo que desconocemos el número de sus habitantes a mediados del siglo XIX. Estaban censadas 66 personas en el año 1900, número que había descendido hasta 51 en 1950. La última mitad del siglo XX con su inexorable emigración lo ha dejado reducido a 5 habitantes en el año 2000.
Prueba evidente de su antigua importancia es que, al parecer, existió aquí un monasterio dedicado a San Quirce y, en la actualidad, su iglesia dedicada a Santa María La Antigua o Nuestra Señora de Septiembre, románica del siglo XII, obra de dos talleres que actuaron en distintos momentos: la escuela de Mena-Villadiego que construiría el ábside, y los de los discípulos del segundo artista de Silos el resto como demuestra el delicado repertorio silense de canecillos que adornan el tejaroz del exterior de nave.
Es una construcción de planta de cruz griega con muros de piedra sillería de aparejo regular. La cubierta es abovedada, cañón y horno apuntados en el ábside, cañón apuntado en el tramo de los pies y en los brazos transversales y crucero.
El ábside es semicircular, románico del primer período constructivo, compartimentado en cinco paños que distribuyen cuatro contrafuertes prismáticos, que abren con ventana en cada paño y arcadas ciegas.
El vano central es el más conocido por su arcada de cabecitas con serpientes
que apoya en columnas de cabecitas, hidra y aves.
Sus dos pequeños absidiolos, poco profundos, se practican en el muro Este de la nave trasversal.
La portada es románica, apuntada con tres arquivoltas, bajo pórtico cerrado con gran arco de medio punto con impostas y canes en alero.
Bajo el porche que cobija la puerta de entrada,
un relieve con Adán y Eva en su pecado.
Y la torre es en espadaña alta, rematada en cruz, con tres vanos y dos campanas.
La pila es románica, sin adornos
el agua bendita
A la nave se adosó una sacristía
que toma iluminación exterior a costa de una destrucción imperdonable.
En el interior, extraños capiteles rudos del primer taller
Entre los que destaca el de la conocida lucha de caballeros.
Hay una imagen sedente románico-bizantina de la Virgen que cobija un vano ciego
que comparte protagonismo con otro vano, también cegado, de preciosa y sencilla ornamentación en su arcada.
Para rematar la visita, el objeto de nuestra visita: la placa en relieve adosada al muro norte con la Adoración de los Magos con restos policromados que tanto nos recordaba al frontal del altar que acabábamos de ver en el templo de Villasana de Mena, pueblo del Valle de Mena donde habíamos pasado las vacaciones de 2011.
Así, que rezando y dando gracias por la rara oportunidad de su contemplación, tiramos millas mientras éste tonto de siempre que obedece a todos menos a mi, rezaba una salve adintelada.