Gran Guía de Templos Románicos
Murallas, Cité y Basilica de Saint-Nazaire | Carcasona
Si he de ser sincero habré de admitir que me encantaba ir a Carcasona: sus hotelitos Campanille con jardín adosado,
su restaurante con columna central de ostras, navajas y cargolits, sus desayunos junto al río con barquitas navegables...
Fue por todo eso por lo que las veces que me lo propusieron no falté nunca a la cita de visitar su Cité, tras contarme mi mascota la leyenda del origen de su nombre. Según refería su mente calenturienta, en el siglo VIII Carlomagno se dispuso a reconquistarla de los musulmanes aprovechando que la princesa Carcas había enviudado.
Estableció un asedio que duró cinco años y al comenzar el sexto la falta de provisiones y alimentos le hizo intuir su rendición pero la princesa, tras revisar el inventario y comprobar que solo restaba un saco de trigo y un cerdo, ordenó cebarlo tras lo cual lo arrojó desde la torre más alta dando la impresión de que gozaban de víveres para desperdiciar. Carlomagno, decepcionado, mandó levantar el cerco y mientras sonaban las campanas de la fortificación, el Emperador exclamó: " ¡Carcas sona!".
Me encantaba oírselo contar, aunque yo sabía que Carlomagno triunfó y su imperio se extendió hasta la Marca catalana. Fundada en el siglo VI a.C como oppidum por la tribu céltica de los Volcae Tectósages según cuenta Plinio el Viejo, es fácil ver sus legados de estelas.
Los romanos la conquistan en el año 122 a.C instalando la colonia de Julia Carcaso junto al río Autax, hoy Aude, que al ser navegable los comunicaba con la Vía Aquitania hasta Narbona, pero ante el ataque de los francos en el siglo III deciden fortificarla con dos filas de murallas de tres kilómetros de longitud y 52 torres que no pudieron evitar la toma por los visigodos de Alarico, ni de los francos de Clodoveo II que acabó por entregarla en 725 a los sarracenos.
De trazado típico medieval, calles estrechas y sinuosas, entramados en fachadas y barrios gremiales.
decidimos visitar su castillo y poder comprobar los magníficos capiteles de sus adarves
Y de la colección de elementos románicos de su interior
Incluyendo la magnífica colección en alabastro del episodio de la Pasión traídos de Saint- Sernín
Dentro de la fortificación, Roger el Viejo y la dinastía de los Trencavel
construyeron la nave románica de la Basilica de Saint-Nazaire
Las obras de estilo románico que conserva hacen irresistible la visita
cuando el halo mágico de la noche se extiende sobre la Cité como un preludio de momentos mágicos.
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