Colegiata de Santa María
Una de las tres colegiatas cántabras es esta de Santa María en Castañeda, localidad a la que llegamos aquel riguroso día de verano del lejano 2010 en que no era fácil combatir la irradiación solar para que no les secara el cerebro.
Construido como monasterio a finales del siglo XI, en 1120 se entrega a Cluny que erige la colegiata bajo regla agustina con planta de tres naves y cabecera triabsidial que seria reformada en el siglo XIII. Desde la perspectiva, destaca la linterna cúbica sobre el crucero con dos cuerpos en el que el segundo se retranquea y una torre, también cuadrada y de dos cuerpos con matacanes y vanos geminados.
El ábside se secciona por columnas adosadas hasta la segunda imposta anular.
sobre el que abren tres ventanales con arquivolta y arco de medio punto que descansa en un par de columnas con capiteles historiados en el central.
diferenciándose del rasgado vano del absidiolo lateral, mucho más sencillo.
La portada, sobria. Apea en cuatro pares de columnas con capiteles de cuadrúpedos.
Capiteles en la arquería, crucero y nave con figuras itifálicas propias de la zona
Caras de hombres y cabezas animales
Y curiosas representaciones de advertencia demoníaca que no dejan indiferente
Este maestro llegó a gustarme porque en su labra desprende amor por los animales que refleja con ternura.
Mucha más que aquella guardesa inquisitorial que tras hacernos pagar entrada nos prohibió taxativamente fotografiar a lo que una voz grave respondió: ¡pues yo las saco y que venga la Guardia Civil!