Templo de Santiago
La antigua Sesura del Becerro de Behetrías, es hoy una pedanía del Ayuntamiento palentino de Pomar de Valdivia, situada a unos siete kilómetros de Aguilar de Campoo, que conocemos como Cezura, "valiente, hermosa". Aquél lejano agosto de 2010 decidí enseñarles lo que fue un pequeño edificio románico de cabecera plana y nave rectangular en su origen y lo que hoy es. Dudando mucho de si se trata de una recuperación remodelada o una infamia, no queda otra cosa que la virtud de su existencia, pues de aquel templo del siglo XII, sus tres campañas constructivas eliminan su conocimiento histórico, aunque nos permiten disfrutar de un espacio y detalles singulares. De su primitiva construcción románica solo conserva el ábside al que, en el siglo XII, en el centro del primitivo testero se colocó una ventana románica.
E el siglo XIV se construye una capilla junto al ábside, junto al arco triunfal, en su muro norte,
que posteriormente se adorna con banda regular de tacos donde figura la Crucifixión y los elementos del martirio.
En esta fase de construcción del habitáculo, hoy con funciones de sacristía, se desplazaron los canecillos románicos del muro lo que contribuye a una difícil interpretación fuera de su contexto, al tiempo que se aprovecha para ampliar la altura de la cabecera con abovedamiento apuntado.
En el siglo XV se construye una cilla a los pies del templo.
Y en el XVI se reforma la portada primitiva románica con la intención de derribar la cabecera.
para, poco después, edificar la actual torre que sustituyó a la primitiva espadaña que tuvo
En la actualidad, pues, el templo se presenta con planta basilical de dos naves, cabecera con ábside cuadrangular, sacristía, pórtico y torre. Al exterior, su ábside con vano cegado de medio punto decorado y guardapolvos de ornato vegetal, que flanquean columnas con capitel de Daniel sobre el que habita una curiosa rana con su incesante croar de siglos.
El alero, repleto de canecillos con figuras humanas donde prevalecen oficiantes contorsionistas en posturas inverosímiles que sostienen el inimaginable equilibrio.
Pero, al fin, nosotros pretendíamos ver su sencilla pila
Y dos capiteles interiores curiosos: la representación de la Tregua de Dios, rito aparecido en 107 en el Concilio de Perpiñán por la que la Iglesia prohibía a los hombres guerrear desde el sábado noche hasta el lunes por la mañana, Adviento, Cuaresma y Navidad y tener al templo como recinto sagrado de acogida
Y el capitel que predica que incluso la virtud de la Fortaleza también necesita auxilio divino
¡ Y si no que se lo pregunten al cimacio donde el Sagitario se apresta cazar a la Sirena!.
Y no debió parecerles mala aventura ésta de Cezura, pues al final.... ¡tan contentos!