En el extremo nordeste catalán, fronterizo con Francia, el municipio de Colera fue punto estratégico medieval entre los condados de Empúries y del Rosellón. " Collum de Collaria: vallem quam vocant Colera" aparece mencionada en 935 y más tarde en la Bula del papa Benedicto VII de 1017, si bien la referencia más antigua que se conoce de Sancti Michaelis de Coleria data de 1219 donde se relacionan las posesiones del monasterio de San Quirico o San Quirce de Colera.
El templo es de naves con cubierta de bóveda de cañón apuntado,
Ábside semicircular ortodoxamente orientado, con sus absidiolos, decorado a estilo lombardo
Se ilumina por dos ventanas, una en la parte occidental y otra, de doble derrame, en el eje absidial.
La portada de acceso, al Sur, con tímpano liso y dintel.
Construido con losas de pizarra presenta una estructura fortificada con torre vigía.
Interior sorprendente con cripta carolingia impracticable
y unas pinturas absidiales rescatadas donde no falta la impronta del Maiestas, querubines y ángeles y algún que otro apóstol.
y curiosa galería de entrada.
A unos doscientos metros más abajo del complejo monástico, el templo de Santa María, mencionado ya en 1123 como templo parroquial del cenobio: " capella sancte Marie, iuxta monasterii santi Cirici"
aunque los restos cerámicos descubiertos en 2011, certifican la preexistencia de un templo anterior hacia los siglos IX o X y que ahora se exhiben en su interior.
Edificio de nave única de 20 metros y ábside semicircular más estrecho que la nave cubierta por bóveda apuntada y cuarto de esfera para el ábside encerrado por doble arco que se degrada por dovelas estrechas sobre sillares gruesos.
Entrada al muro sur con doble arco con excelente piedra que enmarca un tímpano vacío y de arenisca. Arquivoltas y tímpano sobre impostas lisas en caveto
Primitivo pavimento y bancal de piedra original adosado a la base de la nave como asiento original
Y al exterior, su solitaria y poderosa estampa con cabecera hacia el recinto monacal al que sirvió.