GRAN GUÍA TEMPLOS ROMÁNICOS
Templo de Nuestra Señora de la Natividad
Desde la villa de Segovia el románico fue extendiéndose por todos los lugares de su tierra inspirándose en modelos más torpes existentes en el Duratón, por lo que ni el estilo ni la ornamentación se mantuvo estática. La reacción barroquizante que surgió después, con especial incidencia en los modelos decorativos, fue dando origen a pequeños núcleos diferenciados por una serie de innovaciones que apenas sobrepasaron el límite de lo ornamental. Y ese fue el motivo por el cual insistí aquel agosto de 2009 en llevarles a conocer el templo de la Virgen del Olmo, edificio románico del siglo XII que pasó por varias advocaciones desde la Virgen del Olmo, Santa María del Olmo y hasta el actual de Nuestra Señora de la Natividad.
Su puerta de entrada se diluye en el trabajo de unos maestros formados en el taller del Duratón, pero incapaces de destacar en el entramado de un taller propio y colectivo. Recurren a motivos vegetales y calado del trépano que denota un carácter artesano, marginal.
El carácter musulmán del arco lobulado es incuestionable. Procedente del mundo hispanoárabe, penetró en Francia a través del Camino de Santiago cuando el románico se gestaba. Las puertas lobuladas de este templo de El Olmo fueron, tal vez, absorbidas de las de la cuenca del Duratón como arte rural mimetizado y repetido y pudiera ser que no tanto de la influencia francesa sino del propio contexto social-religioso de la Castilla segoviana donde, a pesar de que la codificación primitiva de los Fueros dados por Alfonso VI ignora la existencia de la comunidad mudéjar, la documentación de la morería segoviana permite afirmar que desde el siglo XIII al XVI convivía pacíficamente con cristianos y judíos, dedicados a labores de construcción con especial habilidad en albañilería y carpintería.
Para demostrárselo a estos incrédulos, insistí en modelos decorativos como el dromedario, elefante en la escena de Daniel y hasta la sirena de cola única, ligadas casi siempre a mano de obra mudéjar en un medio social en que la convivencia y simbiosis de culturas distintas resultaba un fenómeno habitual. La puerta de esta iglesia de El Olmo tiene el encanto de reunir dos tipos de arquivoltas no demasiado frecuentes y además de forma combinada.
Nos referimos a la decoración en zigzag y la poli-lobulada.
La iglesia de El Omo tiene nave única y ábside semicircular sin columnas y solo una imposta horizontal. Se abren en él tres pequeños y toscos ventanales con arquivolta de baquetón sobre pareja de pequeñas columnas.
Pequeña torre adosada al muro norte
con acceso independiente.
Otros elementos exteriores interesantes son el pequeño ingreso del hastial occidental y la corona de canecillos bien conservada y de fuerte expresividad iconográfica.
Donde no falta el espinario
O la mujer exhibicionista
En el interior, la bóveda de cañón del presbiterio, está soportada por dos arcos fajones sobre dos parejas de columnas de pequeños y esquemáticos capiteles.
El del lado norte parece que representa una pareja de dos ángeles que sostienen discos con rosetas inscritas de ocho pétalos y las tres Marías muy deterioradas.
Un retablo oculta el interior del ábside. Reformas posteriores de la techumbre
Y pila adosada al lateral completan la contemplación de este humilde templo rural segoviano para el goce de amantes del románico a quienes no puedo olvidar desde mi Edén.