GRAN GUÍA TEMPLOS ROMÁNICOS
Templo de San Salvador
Desde que en 2004 y en 2006 visité el lugar, siempre mantuve disputa con mi mascota sobre el nombre del lugar. Él mantenía que era Escaño de Suso en contraposición con la cercana y vista la semana pasada de Escaño de Yuso (Escanduso), ya que en 1011, cuando los condes Sancho García y Urraca fundan un cenobio femenino, donde su hija Tigridia será la primera abadesa y al que dotan con una ingente cantidad de bienes, nombrándose in Fonte Archayo, et Canaliega et Tobiella et villa Escano et alia villa Escano, le hacía estar convencido de que estas dos villas del mismo nombre correspondían a las actuales Escaño y Escanduso. Por mi parte, yo mantenía que fue en 1135, cuando Lope García de Escaño aparece como confirmante de la donación de la villa de Ollola al hospital de Rubena por parte de los reyes Alfonso VII y Berenguela. Posteriormente, en 1175 es García de Escaño - un personaje con muchos arrestos- quien confirma un privilegio que extienden Alfonso VIII y Leonor, ordenando que el mercado de Lebrana vuelva a Cornudilla, su lugar original, y que quede bajo administración del abad de Oña. Y fue tan grande su poder sobre la zona, que no me extraña a mí que fuera su apellido quien diera nombre a la misma, pues tras su fallecimiento su viuda e hijos recompensan al monasterio de Oña por los daños que le había causado: "ego, Petrus Garsias, et ego, Maria Garciez, concedente mea tia, dona Anderquina, cum fillis et filiabus suis, et domna Sancia, uxore patris nostri, domni Garsie de Scanno, por el daño que el dicho don Garcia de Scaño habia hecho al monasterio de Oña y a sus collaços tomandoles vn hato de bacas en que iban 150, dan en Tasegueras el solar de Martin Negro y otros solares y heredades et cetera".
Aquel agosto de 2009 la providencia con nombre de Mariano - sí esa misma persona que ayudó a retejar el templo de Escanduso-, se aliara con nosotros para poder visitarlo al tiempo que, amablemente, retrasaba su cita a Bilbao para mostrarnos su casa y jardín adornada de elementos y maquinaria naval que le aferraba a lo que fue su misma vida laboral.
En el angosto y quebrado valle que forma el río Nela, con unas laderas pobladas de denso encinar, se encuentra la pequeña aldea de Escaño, articulada en dos barrios, repartidos a un lado y otro del río. En el de la margen derecha, sobre una ligera pendiente, se alza la iglesia parroquial, al abrigo de las casas.
El templo de San Salvador de Escaño es un edificio construido fundamentalmente en sillería de toba, aunque combinada también con caliza blanca, formado por cabecera de ábside semicircular y presbiterio no diferenciado, falso crucero sobre el que se eleva una mutilada torre coronada por espadaña y corta nave de dos tramos. Completa el conjunto la sacristía adosada al sur y el husillo de la escalera de caracol en ese mismo lado, rodeando a todo el edificio un humilde atrio de mampostería.
Una profunda restauración llevada a cabo en 1998 alteró sustancialmente la estampa del edificio, que hasta entonces contaba con una estancia encima de la nave, con otra dependencia adosada al sur del crucero y accesible sólo desde el interior, con modesto pórtico y con menor altura en la torre, todo lo cual fue desmantelado o reformado en aras de recuperar la morfología románica original, conservada prácticamente en su integridad.
El ábside es de planta semicircular, prolongándose en un cortísimo tramo recto que hace la función de presbiterio, aunque de la misma anchura, sin el típico codillo.
Este hemiciclo es completamente macizo, si bien hasta la restauración tuvo en el lado sur un pequeño ventanal moderno, ahora cegado.
Hacia mediados del siglo XX toda su mitad norte sufrió un derrumbe -como consecuencia de la fuerte ladera que hay a ese lado-, reconstruyéndose según la forma original, aunque es perfectamente visible toda la parte renovada. El alero sigue siendo el primitivo románico, repuesto en la parte afectada por el derrumbe y formado por cornisa edrezada sostenida por dieciocho canecillos, casi todos con formas geométricas
aunque uno de ellos es figurado, con cabeza bovina.
La ventana románica del lado norte, que ahora se nos presenta como un amplio vano de medio punto, con recerco abocelado y trasdosado por una chambrana ajedrezada, en origen sería una estrecha saetera, o incluso un falso vano.
Otra ventana del mismo tipo, aunque en este caso original, se abre en el muro sur, donde se puede apreciar claramente cómo la saetera interna ha sido ampliada y cómo una imposta ajedrezada recorre todo el paño, trazando un arco.
El acceso a la torre se hacía mediante un husillo adosado a su esquina suroeste, un perfecto cilindro que se estrecha levemente a media altura y que se halla desmochado, aunque también se han alzado varias hiladas durante las recientes obras.
Hoy es accesible desde el exterior, pero lo más probable es que en origen la entrada fuera desde dentro del templo.
Por lo que respecta a la nave propiamente dicha, en el exterior se muestra como una estructura unitaria, de muros laterales macizos y lisos que concluyen en una fachada occidental ligeramente más ancha y rematada a piñón. En el lado norte se conservan todos los canecillos del alero, once piezas de formas geométricas, con nacelas o nacelas escalonadas con pitones o puntas de clavo; la cornisa actual sin embargo ha sido añadida en la restauración. En la fachada sur casi la mitad del paño está ocupada por el husillo, conservando igualmente la cota del alero antiguo, con seis canes como los del muro norte aunque también con la cornisa reconstruida.
La portada es también moderna y nunca debió haber aquí acceso románico, aunque sí es de esa época el pequeño óculo que aparece encima, recercado por una moldura decorada con pentafolias.
La portada original, y la única en el momento en que se construyó la iglesia, se halla en la fachada de poniente, situada entre dos robustos contrafuertes que pueden ser al menos de época. Avanza ligeramente sobre el muro, con un remate superior de albardilla achaflanada y constando simplemente de un arco de medio punto trasdosado por dos molduras a modo de chambranas superpuestas, la interior ajedrezada y la exterior con entrelazo anguloso, apoyando en simples jambas rematadas en impostas ajedrezadas.
Pasando al interior, el conjunto se muestra bastante sobrio, con el ábside recorrido a media altura por una imposta ajedrezada y por otra similar que da paso a la bóveda de horno con ligera prolongación en un corto cañón. El sencillo arco triunfal, de medio punto doblado, con dobles pilastras coronadas por impostas taqueadas, da paso al falso crucero, que en realidad hace funciones de primer tramo de nave. Sus muros laterales están aliviados por un gran arco ciego de medio punto, completamente liso, aunque a media altura está cortado por una imposta ajedrezada sobre la que se disponen las ventanas, de un formato similar al que muestran en el exterior, aunque ahora resulta evidente que contaban con columnillas, desaparecidas en todos los casos.
Este espacio se cubre con una tosca cúpula que arranca de una imposta achaflanada y que guarda una forma poco ortodoxa pues más que media esfera es casi de tendencia cuadrangular, sin trompas ni pechinas ni otro recurso que facilite el tránsito desde el cuadrado que sirve de base.
Totalmente reconstruida y hecha por alguien poco versado en este tipo de estructuras, pues la original debió ser en realidad una bóveda de crucería, con unos nervios que apoyaban en las esquinas, en cuatro ménsulas, o más bien canecillos, aún conservados y todos ellos decorados: un posible oso, cabeza animal con algo en las fauces, leoncillo en actitud agresiva y figura humana. En el muro de la epístola de este tramo se hallaba la puerta que daba paso a la estancia-trastero desmantelada, con una lauda sepulcral tardogótica dispuesta en el umbral. Sobre él se halla una magnífica inscripción, tallada en un sillar y dispuesta en posición girada trazada en cuatro renglones, con una grafía visigótica donde se acumulan los nexos y las letras volteadas: + OB HONORE : S(an)C(t)I SALVATORIS : ET S(an)C(ta)E MARIAE : EIVSDE(m) : GENITRICIS : ET ALIORV(m) : S(an)C(t)ORVM QVORVM : RELIQ(v)IE : HIC CONTINENTVR : ALVARO : ABBAS· CEPIT : HANC AECCLESIAM : IN ERA : T : C : XXVI : "En honor de San Salvador y de su misma Madre Santa María y de los otros Santos cuyas reliquias aquí se contienen, el abad Álvaro construyó esta iglesia en la era MCXXVI (año 1088)".
La cesta del lado de la epístola está decorada con motivos vegetales, a base de dos series de estrechas y carnosas hojas rectas que se enrollan en los extremos, aunque ocasionalmente concluyen en bola, alternando también con finas ramas de helecho de puntas igualmente enrolladas, todo bajo un cimacio vegetal cuya decoración en cierto modo recuerda a la del óculo meridional.
La otra cesta es figurada, representando en relieve muy plano una elevatio animae, en la que una figura central peinada a cerquillo sostiene un paño rematado por cabecitas
y con otra más en el centro, todo ello entre dos ángeles, con un fondo de finas hojas y estrechas y sutiles volutas en la parte superior, siendo ahora el cimacio ajedrezado.
Pila benditera con columnilla de acantos añadida
Y bautismal de gran tosquedad,
Sirvieron para poner fin a un gran día de románico burgalés.