Templo de Santa María da Vila de Fisterra
También conocido como Santa María das Aréas (arenas), consta documentado en el año 1199 con motivo de escrito de donación de doña Urraca Fernández, hija de Fernando Pérez, conde de Traba, en el que reza "V. modios de pane et tertian vacarum mearum de montealto. Ad opus ecclesie Ste. Marie de finibus terre", se levanta en la carretera de acceso al faro, en la falda del monte del cabo y constituye el templo románico más occidental y último de la ruta jacobea a donde el peregrino, que ha abrazado al Apóstol en Compostela, se encamina.
De fábrica granítica, conserva parte de su obra original románica en portada
y capiteles
que combina con elementos góticos, barrocos y renacentistas posteriores.
Su Puerta Santa es una puerta traviesa de las escasas muestras del estilo Egas en Galicia, decorada en su exterior con motivos acantiformes, y flanqueada por dos escudos: de los Feijoo y de los Recamán. Esta puerta es el acceso de entrada al templo en los actos del Año Santo.
En su interior, destaca la capilla rectangular y estilo barroco que fuera construida en 1695 para albergar el retablo de 1721, obra de Miguel de Romay que ampara la imagen gótica del Santísimo Cristo de Fisterra, que, según la tradición, es obra de Nicodemus y que acoge una preciosa leyenda que mi mascota, como buen cuentista, no reparó en contarla.
Cuenta la leyenda que era transportada por un barco que hubo de arrojarla al mar, en punta Cabanas, a fin de amainar el temporal que azotaba la zona y proseguir así su viaje. Librado de aquella pesada carga, el barco consiguió proseguir su travesía lejos de la peligrosa costa.
Viendo los pescadores que aquel objeto combatía la marejada sin hundirse hasta varar en la playa, se acercan curiosos descubriendo la imagen del Santo Cristo clavado en la cruz, entendiendo que quiso inmovilizar al barco que la portaba para quedarse en Finisterre. Del tamaño de una persona, se le rinde gran devoción y hasta dicen que el pelo, pestanas y uñas son auténticas y le crecen de forma natural.
Del siglo XV y uno de los más antiguos, es el crucero que se encuentra junto al templo
Pues ya veis. No os extrañe que os escriba cada martes desde el Edén, porque ya estuve en el Fin de la Tierra...
llevando una vida de perros