Castillo y templo de Santa María
Para que me tuvieran en mayor consideración y demostrarles que siempre fui un perrito de mi tiempo que supe conjugar el arte románico con la funcionalidad, aquel mes de un noviembre muy lejano les llevé a este lugar ilerdense. Fonolleres se encuentra al norte del municipio de la Granyanella y en la ribera del río d´Ondara, a mediodía del antiguo camino real que iba de Lérida hasta Barcelona.
Su Castillo fue construido por el Conde de Barcelona a finales del siglo XI e inicios del siguiente para asegurar el camino que iba paralelo al río y garantizar el éxito de sus campañas frente a los sarracenos. La primera noticia que de él se tiene data de 1113 cuando ya este señorío de Fonolleres pertenecía a los Cervera. Posteriormente, en 1219, Bernat de Talarn lo cedería a Solsona. A partir del siglo XIV, el castillo pasa a ser propiedad privada de diferentes familias como los Sotorra que lo detentan entre 1312 hasta que en 1427 pasa a manos de los Ivorra. A principios del siglo XVIII perteneció a la baronía de los Pocurrull y en el siglo posterior a los Durán Cerdá con los que desapareció el señorío.
Presenta planta baja con patio interior, que no es otro que el primitivo patio de armas y dos plantas alzadas con muros de piedras irregulares. Varias aspilleras enmarcan la puerta de arco de medio punto adovelada bajo la Torre del Homenaje por la que se accede al templo de Santa María.
La parte superior dispone de una serie de aberturas en arco de medio punto como defensa o puntos de guardia.
De su época originaria conserva los muros de defensa y la torre del homenaje que aún dispone de apertura de arco de medio punto y vuelta de cañón en su base.
Matacán primitivo
Reformado a inicios del pasado siglo, está declarado Bien de Interés Cultural y ubica una hospedería rural que posibilita su alojamiento y celebración de eventos.
Desde la puerta de arco de medio punto del Castillo, se accede al patio del templo de Santa María,
pequeña iglesia que, seguramente, constituía la originaria capilla del castillo, aunque no se tienen referencias documentales de ella hasta finales del siglo XV. No fue conocido hasta la visita pastoral que hizo Nicolás de Pedralbes, emisario del obispo de Vic, en 1428.
De origen románico, su aspecto actual es fruto de las reformas efectuadas en el siglo XVI. Su estructura original ha sido muy modificada en siglos posteriores. Presenta cubierta a dos aguas, con el muro formado por sillares irregulares de piedra local, con la presencia de capillas laterales y campanario de espadaña con tres ojos,
uno de ellos ocupado por campana, añadidos posteriormente al edificio original.
En la fachada principal se encuentra la puerta de acceso con dintel superior sin ningún tipo de decoración, y una abertura circular en la parte superior. En época contemporánea se llevó a cabo una reforma en las capillas y en el campanario.
El interior, aunque accesible en todo momento, carecía de interés románico.
Y así fue aquella visita a un templo y castillo tan desconocidos para estos románicos y tan popular para novios románticos.