GRAN GUÍA TEMPLOS ROMÁNICOS
Templo de San Blas
No puedo asegurar si lo hizo por ignorancia o por fastidiar. Aquel día de verano de 2014, cuando mis tripas ayunas le reclamaron la comanda, resulta que me encuentro con un arnés puesto y secuestrado en cabina aeronáutica camino de una región del sudoeste francés llamada Aquitania para visitar Lacommande.
El templo románico dedicado a San Blas es de nave única con torre adosada al norte en cuyo lienzo se adorna con ventana geminada y parteluz de columna y basa.
La otra ventana se oculta bajo hidra trepadora que invade el muro dando gracia al conjunto accesible mediante escalera.
El ábside, con moldura de taqueado, se adorna con tres vanos de medio punto y arquivoltas que reposan en capiteles decorados. Un óculo procura luz al interior.
Arrastrado sin compasión, llego a la cabecera del templo.
Es de bóveda curiosa y muy rebajada.
El ábside es semicilíndrico y con dos niveles y tres vanos.
El bajo contiene doce arquillos decorados.
Lo más impactante son los capiteles:
jabalíes, corderos y aves,
escenas de caza con olifante,
arpías y sirenas,
También hay "sirenos"...
centauros sagitarios,
y bailarina contorsionista.
El arco triunfal se adorna con la Adoración de los Magos.
Mientras un San José duerme plácidamente.
La Huida a Egipto.
En intento de dar a la nave forma de cruz, se construyeron dos capillas laterales.
En la que se sitúa bajo la torre, se la provee de absidiolo para colocar la pila bautismal original, de copa sencilla y casi desprovista de decoración.
Al fondo, un curioso coro alto de madera, a modo de galeradas.
Y hubiese sido un día para entusiasmarse,
si no se hubiese empeñado en sacarme por un camposanto pleno de cruces y estelas funerarias que me dieron un poco de yuyu.