Este precioso pueblito palentino lo descubrí en 2010. Lomilla ya figuraba en el Libro de las Behetrías como lugar solariego de pertenencia, por mitad, al abad de Aguilar de Campoo y a la abadesa de las Huelgas en Burgos. De ahí, que podamos encontrarlo referenciado como Lomilla simplemente, o como Lomilla de Aguilar.
Su templo, consagrado a San Esteban, es pequeño, rural. Una sola nave y ábside semicircular con tramo recto como es habitual. Se construye en varias etapas que van desde el siglo XII su portada, en el XIII la nave y ábside y posteriormente la espadaña. Sacristía, en el XVII, por lo que nuestra atención no se dirigió al interior sino a la parte más románica y original.
En el exterior, la portada románica de cinco arcos de medio punto con dos capiteles lisos.
Mucho trasiego en el templo demuestra el desgaste del tranco de entrada.
La mayor decoración del templo reside en sus cimacios por encima de los capiteles. Flores cuadripétalas con botón central.
Canecillos en perfil de proa de nave
Figuras antropomórficas de la recurrente mujer con serpientes,
Ave con presa
Espiral de ¿caracol?
ábside con dos contrafuertes y vano de medio punto abocinado.
Dos pilas en interior
Y un perrito entre hojas del árbol del Edén que os despide con lamentoncitos hasta el próximo martes.