No os confundáis. Se trata del templo de San Juan Bautista y no de San Pedro, a quienes con el de otra población palentina muchos ejpertos confunden.
No es Ojeda de Moarves, sino Moarves de Ojeda, que se repobló en el siglo X y que recoge el topónimo de Zalima mozárabe, lugar del Libro Becerro de las Behetrías cedido por don Tello.
Quienes habéis visitado antes la belleza idealizada del mejor Pantocrátor del mundo románico en el templo de Santiago de Carrión de los Condes, contemplar el centro del friso de la portada de Moarves os habrá producido, en principio, una terrible decepción a vuestra sensibilidad estética.
Piensa, observa y repara.
Estás ante una obra de maestros practicones que no son capaces de superar al Maestro, pero la idealizada visión del dios-hombre justiciero de Carrión, se convierte en la idea ingenua que se caracteriza y proyecta con el pueblo vulgar y la sociedad del mundo campesino, rural, apegado a la tradición del mejor conservadurismo iconográfico y de vitalidad naturalista.
El acceso se efectúa desde la portada meridional, de medio punto con cinco arquivoltas decoradas con vegetales.
Se apoyan en capiteles de juglaría: bailarinas, músicos... ¿vícios réprobos o representación del nacimiento del mundo en sus coordenadas espacio-tiempo que condicionan la Creación?
Cimacios interesantes.
El friso con un apostolado
que franquea a Cristo y su Tetramorfos.
Se soporta en ménsulas con San Miguel alanceando al diablo
Y otra máscara negroide.
Arquivolta con Sansón
Apóstoles, de seis en seis, separados por columnas, a cada lado. Las doce puertas de Jerusalén Celestial.
Cada cual con sus atributos y filatelia y nombre para que sean reconocidos, pues ellos fueron los que tuvieron contacto físico con Cristo Jesús.
La portada septentrional, con triple arquivolta apuntada y dos jambas a cada lado, con capitel.
Ventanas del muro sur. Capiteles con hojas y grifos.
Interior de planta rectangular en dos tramos que desemboca en ábside de testero plano. Crucería siete claves
Pila bautismal troncocónica de 120cm X 66 de altura al lado del evangelio, donde se recolocó desde los pies y que produjo resquebrajamiento en las figuras del Cristo sedente que bendice a su apostolado sobre orla sogueada y bajo orla de entrelazo sogueado.
En lo alto, la espadaña gótica rematada con piñón y vanos para albergar las campanas.
Grafitos góticos.
Y, luego, se fueron a comer Calderones.