En la parroquia popular San Camilo de Lelis se desarrollan seis programas de asistencia social y legal, entre ellos destaca Justicia y Paz, que se dedica a atender casos de violación de Derechos Humanos y violencia de género
El Nula es un pueblo llanero con tradiciones andinas y colombianas. Se encuentra ubicado en el municipio Páez del Alto Apure, entre el estado Táchira y Colombia. Con 30.000 habitantes, hermosos paisajes y gente cálida, es también territorio en conflicto.
La parroquia popular San Camilo de Lelis funge como espacio de conexión entre las comunidades y los procesos sociales y eclesiásticos. Atiende a los sectores La Ceiba, Caño Regreso, El Nula, La Azulita I y II, así como también a los campos cercanos de La Chiricoa, Santa Inés, Caño Amarillo, Mata e' caña, Las Bocas, Campo Terán, La Blanquita, El Nulita y La T1.
El párroco Edgar Rodríguez, sj, explica que la feligresía vive una realidad fuerte. "Existen niveles de pobreza muy marcados... Las escuelas son numerosas pero la educación es de baja calidad y caridad. En cuanto a la salud, los centros médicos no se encuentran en óptimas condiciones ni prestan la totalidad de los servicios, aun así los galenos disponen de su vocación para atender la población".
Una realidad cargada de conflicto
La entrega, la esperanza y las ganas de vivir cada día, son cuestiones que evoca Rodríguez sobre El Nula y su gente, mientras denuncia la actitud déspota de los grupos armados Farc, ELN y FBL, y el miedo que han ido suscitando en la zona con la imposición de vacunas, restricciones y "orden causado" bajo el argumento de la amenaza.
También expone la falta de autoridad por parte de las FANB y su complicidad con respecto al contrabando de gasolina, gasoil y otros artículos, situación por la cual los pobladores se han visto en la necesidad de adquirir productos regulados a precios inaccesibles para sus bolsillos, pues muchos se dedican a las labores del campo y han padecido la carestía de los recursos para trabajar.
Otros motivos que conmueven al clérigo son los casos de maltrato doméstico y el alto índice de accidentes motorizados ante la baja en medicamentos y recursos médicos.
La acción pastoral parroquial
En respuesta a las contrariedades, en San Camilo de Lelis se desarrollan seis programas de asistencia social y legal como lo son: Justicia y Paz, que se dedica a atender casos de violación de Derechos Humanos y violencia de género; Lopna, Servicio Jesuita a Refugiados, Fe y Alegría radio, Movimiento Juvenil Huellas y Un gol por cada sueño.
Además de estos, se procura la atención pastoral de las comunidades con diversas actividades entre las que destacan: talleres bíblicos, encuentros juveniles, talleres de Catequesis y encuentros de ejercicios espirituales en la vida corriente.
El vicario resalta la labor social de "las Hermanas Médicas Misioneras, quienes cuentan con una buena integración en el trabajo que se lleva en el pueblo y en algunos campos, especialmente en el ámbito de la salud".
Por otra parte, comenta que el grado de integración de las instituciones educativas en la acción pastoral parroquial "se ha enfocado en atender las problemáticas existentes a partir de talleres que se dictan a estudiantes, docentes y representantes, con apoyo de la Lopna y desde los diferentes espacios formativos en las mismas escuelas, basados en la formación de la ciudadanía y el compromiso cristiano con los valores de Jesús".
A pesar de que el trabajo con otras parroquias es difícil por las distancias que existen en la región, la parroquia popular mantiene buenas relaciones con algunas organizaciones como las alcaldías, institutos pedagógicos y militares.
"Esa articulación ha arrojado excelentes resultados, es lo que llamamos fuerzas vivas de El Nula. En estos encuentros trabajamos puntos de sumo interés como por ejemplo la educación, seguridad vial, consejería familiar y juvenil", acota Rodríguez.
Confianza y buenas acciones
La preocupación del párroco se convierte en certidumbre cuando plantea las virtudes de las comunidades y propone soluciones a los retos existentes. Para él, la misión pastoral ante la crisis social se basa en consolidar el trabajo juvenil, reforzar y crear Comunidades Eclesiales de Base, crear un grupo de celebradores de la palabra, incentivar el trabajo social con otras redes, dar lugar al intercambio pastoral con otras parroquias e instaurar espacios formativos en pro de las problemáticas actuales en la zona, como foros socio-políticos y familiares.
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