ECONOMÍA DEL LENGUAJE.
A menos que seas un Ken follet, evita el exceso de adjetivos.
Pregúntate si el hecho de que el protagonista lleve un gabán verde de paño con ribetes dorados, amplios bolsillos y cuello abotonado aporta realmente algo al contexto, ofrece información sobre el personaje o añade algo al clima.
![EDICIÓN DE MANUSCRITOS (PASO 2) EDICIÓN DE MANUSCRITOS (PASO 2)](http://m1.paperblog.com/i/207/2079928/edicion-manuscritos-paso-2-L-Wq2K2a.jpeg)
A menudo, de nuevo, es más provechoso acudir a los recursos lingüísticos, comparación, símil o metáfora, que hacen aflorar automáticamente imágenes propias del lector, que a la descripción detallada, que exige al lector detenerse para captar imágenes complejas, entorpeciendo de paso, el dinamismo del relato. La historia se detiene y desengancha al lector; llegando incluso a aborrecer una obra con muchas posibilidades.