Cuando edites tu obra literaria, usa el corrector ortográfico del ordenador. No detectará todos los errores, pero sí llamará la atención sobre aspectos dudosos. No hay que menospreciar esta ayuda. Aunque tampoco sobrevalorarla, muchas veces dejará errores garrafales en el texto y los dará por buenos, y otras veces, lo más evidente te lo señalará como error.
Esto no pretende ser un manual exhaustivo del éxito de un manuscrito, sino más bien una guía útil de errores frecuentes para escritores que empiezan. La mayor parte del trabajo debe recaer, una vez más, sobre el escritor.
No permitas que los errores y las erratas hablen por ti. Es cierto que es prácticamente imposible generar un manuscrito libre de ellos, pero minimizar su impacto sí es posible.Haciendo que la lectura sea lo más fluida posible.