Aunque se ha sabido a finales del mes pasado que hay otra mujer en China embarazada de un hijo manipulado genéticamente, no toda edición genética sobre el ser humano es éticamente censurable. Así, aparte de las intervenciones que consisten en extraer células, editarlas genéticamente y volver a introducirlas en el paciente para que cumplan un papel terapéutico, también se ha iniciado la edición genética en el propio cuerpo del paciente, aunque de modo confinado a la retina: se ha aprobado en EEUU para el tratamiento de la ceguera congénita de Leber tipo 10.
Comentario en Observatorio de Bioética.