Edifica con tu boca.

Hola, apenas estaba revisando facebook y vi un blog donde decía que las personas más honestas y directas son las que tienen menos gente a su alrededor y esto me hizo pensar que no es que sean honestas y directas el problema aquí es que no les importa decir las cosas ofendiendo a los demás y no piden sabiduría a DIOS para edificar a los de su alrededor si no que todo lo contrario aveces sus comentarios terminan por lastimar a las personas.

La boca del justo habla sabiduría,Y su lengua habla justicia.
Salmos 37:30

Esto me recuerda un familiar muy cercano a mi la verdad me da miedo que me deje en ridículo delante de todas las personas ella una vez le dijo a otro familiar te está dando mucho el sol estas bien requemada, a mi una vez me dijo el color de tu cara es igual al color de tu blusa amarilla, yo creo que las palabras tienen poder para bendecir a alguien.

Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
Colosenses 4:5-6.

Dios es el mejor maestro que podemos tener, bueno la palabra maestro se queda corta para El, pero el nos enseña , a que aprovechemos el tiempo edificando vidas, saben es algo hermoso poder dar un consejo a alguien de parte de Dios, si estas lleno de su palabra y mientras vas a opinar sobre algo oras creeme que te la pasarás edificando vidas, se me hace muy difícil encontrar a una persona que nunca se equivoque al usar su lengua pero te aseguro que si te llenas de la palabra y oración la regaras menos, todo lo bueno viene de Dios y Dios nos enseña como amarnos unos a otros.

pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. Santiago 3:8-10.

Así que ya sabes quieres seguir mejorando para agradar a Dios, cuidemos nuestras palabras y sometemos nuestra vida incluyendo la lengua a la voluntad de nuestro Rey.