Yendo por la A-1 se puede apreciar, además de las cuatro torres, el nuevo edificio del BBVA y su curiosa forma.
Ya cuando estaba en construcción parecía raro, era ancho y con poco fondo, encima algo alto, qué resistencia ofrece? Supongo que los arquitectos habrán tenido esas cosas en cuenta.
Empezamos a divagar sobre él, qué resistencia presentaba, qué pasaría si le hicieran agujeros… supusimos que habrían tenido en cuenta los vientos dominantes de la zona -así como cuando se planifica un aeropuerto- por supuesto y que la posición del edificio no estaría así orientada por capricho.
Lo apodan como “La Vela”, pero personalmente no le veo mucha forma de vela, el Burj Al Arab, en Dubai, sí que tiene forma de vela, aunque un poco estrecha en la base para llamarse así, pero ya es más vela que el propio edificio del BBVA de Madrid.
Primeramente llama la atención el parecido de su silueta con las alas elípticas de los aviones que se pusieron de moda en la segunda mitad de los años 30 del siglo XX. Un ejemplo es el Supermarine Spitfire que se muestra aquí, en el que he resaltado el extremo exterior del ala derecha. El parecido es notable. El objeto de estas alas elípticas era la reducción de la resistencia aerodinámica que, creo, es el mismo objetivo de la silueta del BBVA. La distancia entre ambos diseños es de 80 años. Vemos, pues, que se cumple el viejo aforismo “Nada nuevo hay bajo el sol, excepto aquello que se ha olvidado”.