En septiembre pasado concejales del PSOE –que se dieron de baja días antes— junto con un concejal del PP dieron un vuelco al ayuntamiento de Benidorm, que había sido gobernado por el PP para pasar, por una moción de censura, a ser gobernado por los ediles que eran del PSOE.
Como quiera que hubo una crítica antes de proceder a ese cambio, porque no se cumplía el pacto antitransfuguista, los concejales del PSOE se dieron de baja del partido, y así dejaban de ser tránfugas para ser concejales sin adscripción cuando dieron el golpe de estado.
Hasta ahí se podía pensar que habían sido obligados por el partido y que así el PSOE había salvado los muebles. Los nuevos gobernantes de Benidorm eran ex-socialistas y por lo tanto lo único que habían hecho es forzar un cambio por tener la mayoría absoluta. Esto quedó así, entre acusaciones del PP, que además puso en la balanza el hecho de que una de las concejales socialistas era la madre de Leire Pajín.
Ha pasado el tiempo y esto huele peor que antes. Hoy, resulta que se sabe que los “exconcejales del PSOE” siguen contribuyendo con parte de su sueldo al partido, lo que hace algo más que levantar sospechas. Además, se hinchan de decir que ellos son socialistas y que quieren volver lo antes posible al partido, del que nunca deberían haber salido y que sólo lo hicieron por el bien de Benidorm. Y naturalmente ellos dicen que lo que donan lo hacen de forma personal y que eso lo puede hace cualquier particular.
En resumen, ediles que fueron del PSOE, y que se salieron del mismo para tomar el poder de forma desleal, siguen cotizando con parte de sus sueldos a la financiación del partido. ¿Cómo se llama a esto? ¿Quién cree que esto se hace gratuitamente? ¿Por qué admite este dinero el PSOE viniendo de quien viene? ¿Hay alguien que se crea que dan dinero por amor al arte a un partido al que ya no pertenecen?
Esto hace pensar que los concejales, hoy teóricamente fuera del PSOE, han acordado con la dirección una vuelta futura, y mientras tanto, tratan de que pase el tiempo para que sean redimidos en el futuro y vuelvan a su partido. Está claro que la culpa es del partido que de forma tibia y secreta mantiene esa ligazón con estos tránsfugas y les admite su colaboración financiera sin decir ni mu.
Esta indignidad es una prueba más de que quien hizo la ley hizo la trampa. Y está claro que no es sólo el PP quien hace triquiñuelas y regates para saltarse el pacto antitransfuguista. En este caso el PSOE, mantiene una situación que debería haber cortado y que le permite seguir obteniendo recursos económicos de unos personajes de dudosa calificación.
Esperemos la reacción de la dirección del PSOE que hasta ahora no ha declarado ni pío, al menos que yo sepa. Una desvergüenza más que hace que haya muchos ciudadanos que ven apoyada su tesis de que todos son iguales y que todos los políticos son corruptos. Un bulo extendido pero que con estos casos no hace sino crecer y generalizarse, de forma injusta.
Salud y República