Imagen de archivo de R42.El pasado día 27 de mayo, a las siete de la mañana, un dispositivo policial acudió a la acampada del movimiento 15M de Barcelona para desalojar de forma temporal la plaza para que los servicios de limpieza hicieran su trabajo y retirasen objetos que pudieran ser usados en los posibles disturbios por las celebraciones del final de La Liga de Campeones.
En total hubo más de 100 heridos.
España está siendo la espectadora de un revolución que empezó realmente hace años, llevaba meses realizándose y finalmente ha logrado movilizar a miles y miles de personas en una protesta iniciada por “Democracia Real Ya”, que actualmente solamente participa y apoya. Lo que todos estos ciudadanos, ahora también a nivel mundial, solicitan bien puede resumirse en dos puntos básicos: el primero es que todos los votos cuenten igual y el segundo que los políticos cumplan su trabajo honradamente, algo totalmente legítimo y que por otro lado debería ser así en garantía con la ley.
Muchos miembros de esa privilegiada casta no ven bien estas demandas, igual que varios medios han intentado manipularlo desde fuera, y su empeño está en la forma de solucionar todo lo que está sucediendo, de hacer desaparecer las acampadas de las ciudades. La forma elegida es la de intentar buscar un culpable, no asumir que solamente son personas con voluntad propia y hasta el momento ninguno entender que la forma más sencilla es cumplir unas demandas que en verdad son justas. Quizá lo cierto es que no se sea el siervo del pueblo y que sus intereses queden en un lugar ciertamente alejado del primero.
Durante casi dos semanas, en un gran número de ciudades, algunos participantes de estas protestas prácticamente han vivido en la calle, en las citadas acampadas, siendo realmente anecdóticos respecto el número real que después se maneja en las manifestaciones, este un punto importante para dejar claro que solo son una parte del movimiento y no el movimiento como en ocasiones parece que se intenta hacer creer a la población. En todo ese tiempo no ha habido peleas, ni heridos ni problemas de ningún tipo, todo eso cambió en unas breves horas de intervención policial, en su mayoría de los Mossos d’Esquadra, que se saldó con más de un centenar de heridos. Se crea una paradoja: no hubo disturbios hasta que llegaron los antidisturbios.
Desde el viernes 27 se pueden encontrar muchas informaciones y ver una gran cantidad de imágenes o vídeos. Se dice que se avisó a los acampados con tres avisos, que el día anterior se intentó hablar con ellos pero que nadie respondía (¿no había ningún portavoz o comisión en ese momento?), las fuerzas del orden solo reaccionaron a la violencia de los acampados (algo que puede sorprender dado el marcado carácter pacífico del movimiento), primero no se lanzaron proyectiles de goma y se ha negado que haya ningún herido grave aunque finalmente se ha comprobado que no es así... mil y un datos, muchas interpretaciones y solo dos hechos repetidos de forma constante que es el motivo de esta carga policial, el llevarse objetos para que no fueran un peligro en las celebraciones del partido al día siguiente, y que un grupo de agentes armados (por lo visto más numeroso, además) golpearon a los cientos de ciudadanos que formaban la acampada de Barcelona. Eso es lo que ha sucedido.
Entran muchas preguntas en juego. Si se pretendía evitar problemas por los fans violentos del fútbol ¿porqué no se hizo el mismo día? ¿no hubiera sido mejor proteger durante la noche de ayer a los manifestantes de la plaza? ¿quizá prohibir una celebración futbolística?¿cómo es posible que un movimiento pacífico actuará con tanta violencia que hizo que los Mossos reaccionaran así? ¿es legítimo usar la excusa del partido para golpear a personas indefensas?
Finalmente, durante la noche de ayer, sí hubo los disturbios esperados por el Consejero del interior de la Generalitat, Felip Puig, entonces... ¿qué sentido tuvo cargar contra los acampados?
