Revista Música

Eduard Marquina-Selfa: Una nueva figura de pianista - Premio Concurso Internacional Online de Piano DLCAP

Publicado el 01 enero 2024 por Agustin @TecleaTeCrea

El próximo día uno de mes impar el siguiente premiad@! Si quieres participar consulta las bases.

¿Cuál es la primera experiencia que recuerda con la música?

Mi vida musical siempre ha ido ligada a un piano y a mi familia. La primera imagen que tengo es esa. No la recuerdo con exactitud dado que empecé muy pequeño mi iniciación musical (sobre los 5 años), pero lo que sí tengo en mi memoria es que en casa siempre hemos sido muy sensibles a la música en todos sus aspectos. Mis padres me cuentan que me gustaba mucho cantar y aprender juegos rítmico-motores.

Cuando yo empecé con el piano, mi hermano (dos años menor) comenzó con el violín. Quizá esta pueda ser la primera experiencia nítida que recuerdo. Por las tardes, después del colegio, estudiaba piano con mi madre y en el otro lado del piso (sin ningún tipo de insonorización) mi hermano estudiaba el violín con mi padre.


¿Qué personalidad musical cree que le influyó más en su carrera?

Actualmente tengo 31 años y cuento con una formación musical bastante heterogénea. Por ello, han ido pasando distintas personalidades musicales por mi vida que en diferentes momentos me han servido de referencia. La primera de todas es mi madre. No es pianista, pero siempre ha estado ahí para animarme y apoyarme respecto al piano, y es por ella (sobre todo en el inicio) que toco el piano.

De mi etapa de formación clásica, tengo 3 compositores referentes: Mozart, Beethoven y Chopin. Por otro lado, también tengo 3 pianistas clásicos preferidos: Sviatoslav Richter, Claudio Arrau y Vladimir Horowitz.

Después he pasado por una etapa de formación jazzística que me ha ampliado y enriquecido mis referentes creativos e interpretativos anteriores. Como compositores de esta segunda fase debería nombrar a Duke Ellington y Benny Golson, entre otros, y como referentes del pianismo a Oscar Peterson, Red Garland, Thelonious Monk o Ethan Iverson.

Cuesta mucho sintetizar en un puñado de nombres las influencias musicales adquiridas, dado que siempre he estado abierto a tomar aquello que me interesa y me gusta, no dejándome influenciar por modas y/o tendencias del momento.

¿Cuál era el estilo o el compositor que más le gustaba estudiar de joven?

Diría que el estilo sería el romanticismo, enamorado de Chopin, pero sin olvidar grandes referencias como Brahms, Schumann, Liszt y Rachmaninov. En particular, recuerdo estudiar becado en Cracovia (Polonia), la segunda polonesa de Liszt con mucho cariño.

¿En qué repertorio se siente más a gusto en la actualidad?

Actualmente me he centrado en el jazz o en lo denominado como música creativa. Este repertorio engloba diferentes estilos e influencias las cuales yo intento no juzgar. Actualmente estoy promocionando dos discos que he grabado recientemente. Uno, a piano solo, basándome en standards que han influenciado mi preparación académica “Standard Session Vol.I”. El otro, a trió, con composiciones originales propias, donde, a grandes rasgos, podría decir que plasmo influencias de la música clásica, el jazz, el flamenco, groove incluso de compositores pianistas como Thelonious Monk. Este segundo disco se llama “Carpesa estesa”.


Cuéntenos, por favor, alguna experiencia o anécdota que le venga a la memoria que tenga que ver con el piano (en algún curso, o concierto...)

Recuerdo en el concurso Internacional de Piano CIUDAD DE SAN SEBASTÍAN (en el cuál no fui premiado) que, durante la espera en los momentos antes de tocar, estábamos los concursantes reunidos en una sala con piano y alguno de nosotros lo utilizábamos para calentar. En una de esas intervenciones, un compañero comenzó a tocar la obra obligada, una sonata de Haydn en Si m (no recuerdo ahora mismo el Hoboken), y me di cuanta que tenía una nota viciada a escasos minutos de comenzar.

Escribiendo esto, me ha venido a la memoria también que, a la edad de 12 años aproximadamente, en el conservatorio San Esteban de Valencia, me disponía a tocar el primer movimiento de la Sonata “fácil” de Mozart en Do M. Me sucedió algo parecido. Con los nervios tuve que ir al baño, con tan mala suerte que me quedé encerrado. Mientras oía mi nombre de presentación estaba escalando la puerta del baño para poder liberarme y así tocar. A pesar de todo, recuerdo un buen resultado de esta interpretación.


¿Qué opina de la situación actual de la enseñanza del piano y la música?

Para empezar, pienso que se confunde el aprendizaje del instrumento (obviamente entre ellos el piano) con el de la música. Cómo ésta tiene sus reglas o no según su estilo o lenguaje específico. En mi opinión, actualmente nos centramos mucho en el conocimiento técnico del piano. Desde el estudio de su mecanismo, a un estudio preciso como ejecutante para no fallar notas. Y aunque esto no esté reñido con la absorción del conocimiento musical, sí creo que se pierde de vista que la función del arte de la música es escucharla y que durante el aprendizaje (al menos en mi aprendizaje) no se le ha dado la importancia que merece, planteando así una educación auditiva precaria. Cuando, a mi parecer, es la escucha consciente la virtud más necesaria de un músico, ya sea intérprete y/o compositor.

Deberíamos romper fronteras y entender que no es tan diferente estudiar un instrumento u otro si en el fondo entendemos como funciona la música. Con esto, no quiero decir que no haga falta el estudio minucioso para dominar un instrumento, en este caso el piano. Digo que, a la vez, podríamos sumar más valor musical en la enseñanza y empezar a desarrollar una educación auditiva competente, para que los músicos entiendan (sobre todo armónica y formalmente) lo que sucede mientras escuchan una obra. Para mí, sería algo semejante a lo que experimenta un pintor cuando ve un cuadro: puede entender a partir de qué colores primarios consigue las tonalidades de los secundarios. ¿Podríamos imaginar que no pudiese explicarlo?


¿Cree que es útil conocer recursos sobre improvisación? ¿Por qué?

Absolutamente sí. Henry Wadsworth Longfellow, miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias declaró en 1835 que “la música es el lenguaje universal de la humanidad”. Basándome en esta afirmación, trato a la música como tal.

El lenguaje se puede utilizar en muchos registros: conversando con amigos, siguiendo una receta, en una conferencia médica, bromeando, discutiendo..., aunque quizá todos estos ejemplos se refieran más al estilo. Por otro lado, en diferentes momentos de la historia, el español se pronunciaba de diferente manera o se utilizaban más otras palabras que hoy se han perdido. Por el contrario, se han normalizado otras de otros países, y podríamos citar un sinfín más de ejemplos.

A mi entender, la improvisación musical sería como la elección de un registro del lenguaje y la génesis de una escena. Dicho registro, tendrá un léxico determinado, quizá un acento en la pronunciación, utilización de frases hechas o tecnicismos, estará estructurado o no, y todo esto, puede tener su equivalente en la improvisación: la utilización de una secuencia armónica, la articulación empleada, si es libre o está bajo los parámetros de una estructura anterior, y otro largo etcétera. Creo que sería muy interesante desarrollar este punto y que habría un gran campo de investigación en este terreno.

¿En qué medida cree que es necesaria la creatividad para el pianista?

Creo que en la actualidad y debido en gran parte a la democratización de las artes, ha surgido una nueva figura de músico y por ende de pianista que, de alguna manera, podríamos decir que se queda en los mínimos, cumple y no trasciende. En otras palabras, carece de creatividad y aún así puede seguir viviendo como músico/pianista o, al menos, seguir teniendo esta etiqueta que lo define.

Considero que dentro de una disciplina artística es necesaria la creatividad como motor ya no solo personal, sino también de un proyecto, de un estudio o de un disco, entre otras cosas. La creatividad hace que el arte esté vivo y así fomenta la investigación incondicional, basándose en estímulos que pueden dar forma a tu pianismo/musicalidad que a priori se hubiese desechado desde un punto de vista académico. En la creatividad tenemos la variedad y ahí está la grandeza. De lo contrario, todas las interpretaciones, improvisadas o no, serían exactamente iguales.


¿Qué consejo o recomendaciones daría a los que empiezan ahora a estudiar el piano?

Habría pequeñas directrices a tener en cuenta. La utilización del oído para hablar de la música. Hacerse una serie de preguntas que hagan afinar el oído interno aunque no haya demasiado conocimiento teórico-musical. Cuestiones tan sencillas como: ¿cuántos instrumentos suenan en la interpretación? En el caso del piano, ¿hay 4 manos? O, ¿recuerda a una danza?

También aconsejo el uso de la improvisación como motor para la creatividad o motivación/ilusión hacia el instrumento. Utilizarla para jugar con él y conocerlo

cada vez más. ¿No es la improvisación el principio de la composición? Y, como consecuencia, ¿no son las grandes creaciones de los grandes compositores de la historia las que han hecho evolucionar la música?


¿Quiere añadir algo más sobre su relación con la música?

Como ya he mencionado, entiendo la música como un lenguaje y me gustan casi todas sus opciones. Compongo, interpreto, arreglo e improviso diariamente. Siempre con el objetivo, más que de aprenderme una obra, un standard o un recurso, de escudriñar los entresijos de la música. Dando gran importancia a la armonía, pero también a la forma, a la instrumentación, al timbre, al estilo...

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