Confieso que cada vez me cuesta más encontrar músicos a los que admirar. Al principio era fácil, en la adolescencia descubrí a los Beatles y a punto de entrar en la veintena me dio por Pink Floyd. Con veintitantos empecé con Bob Dylan en vena y pocos años después Peter Gabriel, The Byrds y todas sus ramas posteriores, etc. La música por entonces estaba llena de excitantes descubrimientos, pero estos años atrás me costaba encontrar un nuevo músico que monopolizara mis escuchas. El amigo Mansion acudió al rescate sugiriéndome a Elvis Costello e indicándome que, en base a mis gustos y mi tendencia hacia el pop, era ideal para mí. Yo recordaba haberlo intentado años atrás y la cosa no cuajó, pero no me importó probar de nuevo con su música las veces que hicieran falta.
Me decidí a intentarlo por orden cronológico y me saturé con sus primeros y rabiosos discos. No fue muy buena idea, aunque quizá no era el momento adecuado. La llave para entrar en su discografía fueron para mí sus álbumes más calmados de finales de los ochenta, King Of America y Mighty Like a Rose. Ellos fueron los que abrieron camino para que recuperara sus primeros discos y aprendiera a verlos con otros ojos. Muchos meses después puedo decir que he encontrado mi nueva obsesión, no paro de escuchar los discos de Costello en cuanto tengo ocasión. Me conozco bastante bien toda su primera época hasta Mighty Like A Rose y últimamente estoy dudando si empezar con los discos posteriores a 1991. Me siento tan cómodo con la primera etapa de Costello que me da mucho respeto entrar en The Juliet Letters y ese mar de colaboraciones.
Una vez comprobado que había picado el anzuelo, el amigo Mansión me prestó por correo el libro que vamos a comentar sobre Elvis de la editorial Cátedra. Acabo de terminarlo y me he decidido a escribir una reseña, aunque el libro en cuestión se publicara hace más de veinte años. Tengo que confesar que los libros sobre pop rock de la editorial Cátedra me dan un poco de miedo. Como decía Forrest Gump, son como una caja de bombones... nunca sabes lo que te vas a encontrar. Digo esto porque hace años compré uno sobre David Bowie infumable desde cualquier perspectiva y también tengo otro sobre Peter Gabriel que podría considerarse correcto casi por los pelos. El volumen que tengo en las manos ahora escrito por Eduardo Margaretto me ha sorprendido gratamente, aunque tampoco lo situaría entre lo mejor que he leído sobre literatura rock. Los libros publicados bajo Cátedra tienen la extraña cualidad de provocar que el autor se pierda en metáforas ridículas y Margaretto resulta el más comedido de todos en ese aspecto, cosa muy de agradecer.
Es un escritor que va al grano y desde la primera página te empieza a hablar de la biografía de Costello sin meterse en jardines enfangados. Se podría decir que la biografía del músico está perfectamente retratada, pero las partes más flojas del libro coinciden cuando el autor se embarca en el análisis musical de sus discos. No lo hace del todo mal, pero se agradecería un punto más de profundidad psicológica y algo más de dinamismo, ya que se hace un poco aburrido el análisis canción por canción, párrafo a párrafo. Lo que si es de agradecer es que el autor te vaya desgranando con detalle las historias que Costello cuenta en cada una de sus letras. Yo siempre he sido más de escuchar la música que de pararme en las letras y me sorprende la originalidad en la temática de sus canciones, otro punto más a favor para caer rendido ante la producción musical de este hombre. La variedad de situaciones, enfoques y perspectivas es tan amplio que parece poseedor de una desbordante imaginación. No sólo hablo de las típicas variaciones románticas, hablo de crítica política o interesantes reflexiones personales.
El libro termina en Mighty Like a Rose porque se editó en 1993 y el autor se despide confesando que no tiene ni idea de por donde va a tirar la producción musical de Costello a partir de ahí. Hizo bien, porque a fecha de hoy ha publicado más discos de los analizados en el libro, ha colaborado con multitud de músicos y se ha embarcado en géneros musicales que serían impensables desde la perspectiva de un admirador de principios de los noventa. Me gustaría resaltar también lo interesante que resulta leer un libro publicado hace más de veinte años para apreciar el cambio en la visión sobre su obra pasados unos años. My Aim Is True continua siendo la opera prima inteligente y perfectamente engrasada, pero sorprende contrastar las críticas de otros álbumes en el libro con reseñas actuales. Por ejemplo, Get Happy!! era en el libro un álbum difícil y saturado de material, pero correcto, mientras ahora se le considera como uno de sus mejores trabajos de los ochenta. En cambio, Mighty Like a Rose sólo recibía alabanzas en el libro (con las que estoy de acuerdo) cuando ahora es considerado por algunas publicaciones como el peor trabajo de toda su carrera.
Me gustaría recomendar este libro, pero creo que es difícil de conseguir a menos que encontréis alguna edición de segunda mano en ebay. A mí me ha servido para sumergirme de lleno en la obra de Costello cuando no tenía más información sobre él que las sensaciones que me provocaba su música. Me ha servido de mucho para contextualizar su obra con su biografía personal y entender mejor el porqué de cada movimiento profesional. Por ejemplo, queda totalmente clara la aparición de King Of America tras dar tumbos con discos anteriores como Punch The Clock o Goodbye Cruel World. En resumen, la literatura rock bien escrita sigue siendo la aliada perfecta para conocer mejor a tus ídolos.