Un gran paso es
integrar asignaturas y trabajar por proyectos.
Hoy, como repetidamente lo menciona Andreas
Schleicher de la OCDE, el éxito educativo ya no se asocia con la reproducción
de contenidos sino con la capacidad de poder hacer algo significativo con lo
que sabemos. De ahí que indudablemente se requiere dar un giro fuerte y
decidido en el qué y cómo aprendemos.
Las demandas que plantea la sociedad del Siglo XXI
son desafiantes: contar con mayor capacidad de enfrentar la complejidad,
resolver problemas que aún no conocemos, contar con ciudadanos éticos y sensibles
a la diversidad. Si las políticas, objetivos y currículos educativos no se
orientan y aplican en las instituciones educativas con miras a fortalecer las
capacidades de los maestros para que ayuden a que los estudiantes desarrollen
competencias cognitivas sociales y emocionales, difícilmente se estará
respondiendo a aquello que la sociedad reclama y que a los jóvenes les sea útil
para la vida y para trabajar.
Un gran paso es integrar asignaturas lo que implica
establecer estrategias didácticas que pongan en articulación saberes o materias
que estén relacionadas entre sí para lograr un nivel máximo de integración del
conocimiento.
De ahí que
indudablemente se requiere dar un giro fuerte y decidido en el qué y cómo
aprendemos.
Otro es, aplicar la metodología del aprendizaje
basado en proyectos, ampliamente documentada por su eficacia para hacer del
proceso de aprendizaje, un proceso aplicado, con sentido para el estudiante,
que exige entender y analizar el entorno, buscar soluciones creativas a
los problemas planteados y paralelamente ir aprendiendo e incorporando
contenidos clave.
En Colombia coexisten experiencias de éxito de
colegios que están gestionando aprendizajes basados en éste modelo (Colegio Los Alcaparros),
que podrían propiciar y animar un amplio debate para su incorporación en la
política pública.
Ahora, el camino hacia una educación de calidad en
la sociedad del siglo XXI requiere tomar un poco de distancia de las mediciones
actuales de calidad educativa y buscar nuevas formas de evaluación más
alineadas con los desafíos señalados; igualmente impulsar el trabajo de los
colectivos o redes de docentes de distintas asignaturas, para romper con el
aislamiento y la compartamentalización del conocimiento en la cultura
escolar de hoy.
Avanzar en esta dirección es clave para nuestros
niños y jóvenes.
Por: Luz Amparo
Martínez
Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/educacion-de-calidad-en-la-sociedad-del-siglo-xxi