Revista Opinión
La discusión en torno a la educación sigue sustentándoseen una idea de la educación acotada, instrumental.
¿Cuánto se han preguntado con qué fin educamos? ¿Qué eseducación? ¿Escolarización compulsiva es lo mismo que educación? ¿O educaciónhomologada bajo criterios de poder es educación?
O la pregunta de Max Stirner “¿Se educan a propósito nuestrasdisposiciones para que seamos creadores, o se nos trata puramente comocriaturas cuya naturaleza no admite más que la doma?”
Y a partir de esa pregunta, veo que en la discusióngeneral se han obviado conceptos claves para entender qué es educación, ya seaporque se mal entienden o se consideran irrelevantes, como el individualismo.
El individualismo es lo que nos hace humanos, lo que nosdefine como fines en sí, lo que nos permite ejercer la autonomía personal, elautogobierno, la autodeterminación, elegir los caminos de la felicidad. Endefinitiva, la libertad.
Plantearse contrario al individualismo es en el fondosuprimir al ser humano, en su pluralidad, en su diversidad. Atacar elindividualismo es imponer una ética guerrera, tribal, no humanista. Y por ende,atacar el individualismo es ir contra el pensamiento crítico y autónomo.
De hecho, atacar el individualismo es plantear la vuelta auna sociedad tribal donde la horda impone todo.