Este es un contenido ofrecido por Johnny Zuri en el Blog ALTERNATIVAS NEWS
educacion en valores: cuando el nihilismo es la última tendencia
JOHNNY ZURI – HOY DESDE MIJAS – ESPAÑAHace poco he leído a alguien que dice que el nihilismo es la última tendencia entre los millennials. También hace poco acabé de releer «Progenitores y también hijos» de Ivan Turgenev, un libro que ya leí por vez primera en la escuela secundaria. Aún conservo la relevancia de ser empático con los progenitores y las madres. La instantánea de Turgenev en el movimiento del nihilismo es reveladora.
Si le preguntara a un conjunto de millennials sobre sus pensamientos sobre el medioambiente, la mayor parte expresaría por lo menos cierta preocupación por la sostenibilidad de nuestro planeta. Sin embargo, hay que entender que las instituciones en las que nuestros progenitores y abuelos acostumbraban a opinar ya no tienen exactamente el mismo significado para todos nosotros.
Poco a poco más millennials se identifican como «nones», personas que no tienen ninguna afiliación religiosa. Nos oponemos a las falsas promesas de una educación superior que dice que garantiza un mejor trabajo en el futuro cuando nos damos cuenta de lo difícil que es conseguir este mejor trabajo. El nihilismo procede de la palabra latina nihil, que significa «nada» y se define generalmente como la creencia en nada o bien el rechazo de la verdad objetiva, las convenciones sociales y el significado ético.
Aunque los fundamentos filosóficos básicos del nihilismo se remontan a viejas civilizaciones, de aquellos que eran incrédulos acerca de las religiones organizadas, la historia moderna del nihilismo tiene un apogeo en la Rusia imperial. El movimiento nihilista ruso se identifica por un rechazo a las autoridades tradicionales como la familia, la Iglesia ortodoxa y el gobierno zarista. Fue un movimiento juvenil revolucionario. El movimiento del nihilismo en Rusia está mejor documentado en la literatura, con obras esenciales de Ivan Turgenev y Fyodor Dostoyevsky.
La pieza maestra de Turgenev, “Padres e hijos”, atrapa el enfrentamiento generacional entre los liberales rusos de la década de mil ochocientos treinta y mil ochocientos cuarenta y los nihilistas emergentes de la década de mil ochocientos sesenta. Las «Notas desde el subterráneo» de Dostoievski, una historia sobre las incongruencias de un hombre ignoto, son esenciales para describir la crisis existencial que ocurre con la creencia, o bien falta de ella, en el nihilismo y el sueño de una sociedad utópica.
Nietzsche arguyó que la ciencia occidental y el humanismo secular «mataron a Dios» probando que Él no existe. Para el pensador alemán, el nihilismo quiere decir que no hay ningún orden o bien estructura objetiva en el planeta que no sea el que creamos nosotros mismos. El nihilismo es inherentemente destructor, puesto que aquellos que mantienen esta cosmovisión no le dan sentido a la vida.
Conforme el planeta pasa a la era digital con la tecnología transformándose en parte de nosotros en vez de puras extensiones de nosotros mismos, el nihilismo asoma su cabeza con su crisis existencial. Hay un sentimiento nihilista sosegado en la sociedad actual entre los millennials que no tienen una creencia fuerte sobre la manera en que desean vivir sus vidas.
No obstante, aún son espirituales, aunque no religiosos. Sencillamente quiere decir que creen en Dios, dioses o bien en otros poderes superiores, mas no creen en la corporación de la religión. En la actualidad, más o menos un cuarto de los millennials estadounidenses se identifican como no afiliados, tanto en el sentido religioso como en el secular, en comparación con menos del diez por ciento de los baby boomers.
sfetfedyhghj / PixabayCiertos especialistas citaron la necesidad de individualismo entre los millennials como un factor que contribuye a su falta de afiliación religiosa. En sociedades individualistas como la de América, las personas ponen gran énfasis en ser únicos, independientes y en los derechos individuales. Las necesidades del individuo superan a las necesidades de la comunidad. Como la no afiliación religiosa está en incremento, asimismo la cultura del trabajo.
La edad promedio de las madres primerizas es de veintiséis años y para los progenitores de treinta y uno años. Tener un título universitario y prestar atención a tu carrera efectivamente retrasa el tiempo en que empezarás a formar una familia. Decidirte por tu carrera antes que por tener una familia es tu elección personal, pero tal vez la razón por la cual las personas están más motivadas por su carrera profesional es que carecen de una comunidad fuerte que los apoye.
La mayor parte de las veces los millennials luchan por empezar una carrera en un sector y abandonan trabajar en su campo cuando no encuentran mientras que si encuentran un puesto que no requería de un título universitario. En vez de conseguir un título universitario, muchos jóvenes procuran emprender, procuran eludir la deuda universitaria y la búsqueda pasiva de empleo.