Llegué de pronto, mas bien por casualidad, a la blogosfera. Antes llevaba una bitácora virtual pero no un blog. A mi me daba igual si comentaban o no. No había etiquetas, ni tags, sólo sentimientos y ñoñez real. Era facebukera-ya suena a término de los ochentas, de esas que llevaban la radio a cuestas-en este caso el móvil a mano- y twiteaba poco desde la trinchera, tímidamente y tomando cafés virtuales en la distancia.
Si: yo era de las que no entendía que twitear es escribir en 140 caracteres. Para mi eran párrafos enteros para saludar a los amigos en la lontananza- cabreara quien se cabreara.
No obstante, tener una hija le enseña a uno. No sólo de la vida, si no de modales.
¡Menuda sorpresa me he llevado que esto de bloggear es un todo un trabajo! Hay números, hay conexiones, hay tribus, hay comunidades y como todo ser social -real o virtual- existe una moral.
¡Y yo que nací pa´ el desmadre y que me dan con un cántaro en los dientes!
Otra episiotomía- digo perdón- endodoncia por que ¡ah como ha dolido la jodida! Para los que no me sigan en twitter es la segunda endodoncia en el mes. Juro que me lavo muy bien los dientes pero yo que sé- el embarazo, mordí algo y se me fracturo la muela…da igual pero ha sido toda una odisea, pero bueno vayamos al grano.
Este golpe de boca ha servido para aprender.
Para los que no sepan, cómo yo, hay un manual de modales para redes sociales. El Manual de Carreño, referencia por excelencia en Latinoamérica de lo que es el protocolo y la etiqueta, ha tenido que ser retocado para que hoy en día se hablé de “Netiquette” utilizando el anglicismo de la red y la etiqueta.
Me resultaba un poco de abuelita eso de :
“Nena hay que saludar, hay que despedirse, hay que decir gracias, hay que citar las fuentes“.
Pero es lo que hay. Estoy aprendiendo. Duele que te den unfollow, o que te digan con MAYÚSCULAS que por favor no grites.
Yo aprendo rápido y ahora se me hace fácil y normal.
No obstante, he alucinado a colores cuando he visto en el New York Times que se ha impartido un curso de “cómo terminar de manera sana las relaciones“. Claro, los chavales nacieron digitales. Nadie les ha explicado que es cruel cortar con la novia y darle unfollow, borrar su perfil y aplicarla la de si te he visto no me acuerdo- no hablemos ya de haber besado.
Corremos a notificar a todo el mundo que tenemos novio, que estamos casados, que hemos parido y una vez que hemos cortado con el novio- hala antes de terminar el día a borrar todas las 365 fotos.
No me había puesto a pensar que hoy en día nos ubicamos por foursquare, nos felicitamos por twitter y lo mas fuerte nos damos cariñosamente el pésame por facebook.
Las relaciones han cambiado. Estamos inmersos en esta virtualidad pero me queda claro que para mis hijos seré una carca que no tiene ni idea y que les dará una vergüenza total saber que twittee en tiempo real cuando nacieron.
Bueno señores, muchas gracias por leer. Pase usted a visitarme por facebook o a saludarme por twitter. Le deseo a usted que descanse y que me honre mañana con otra visita.
¡Bah! Que desmadre va a ser enseñarle a la Critter no sólo modales reales si no los virtuales—y ya estoy viendo la escena de “nena deja el móvil que estamos comiendo” y ella me responderá “mamá tu eres blogger hay que estar al tanto todo el tiempo“….y ¡¿cómo negarle que ella me vino a enseñar esto?!