Somos y seremos demasiados.
A finales del siglo pasado se empezó a hablar sobre el término sobrepoblación. Esta palabra se usa para referirse a la situación en que una población supera la capacidad de carga de su enterno, es decir, donde caben dos, ya no caben tres. El medio en el que dicha población está establecida ya no da más de sí y la escena que se presenta solo puede ir a peor. Estamos empezando a ser demasiados para este planeta, pocas son las opciones, y aún menos las posibilidades de parar este cronómetro que se acerca a cero.Existe un indicador para definir y calcular el impacto ambiental que genera el ser humano en cada región, la huella ecológica. Se puede pensar que países con mayor número de habitantes como Nigeria o Etiopía (160 y 90 millones respectivamente), generarán un impacto más grande que países como Portugal o Bélgica, con menor número, pero no hay que caer en ese error. Son precisamente los países con menor población, a excepción de China, Rusia y USA, los que mayor impacto generan, los países desarrollados. El objetivo fundamental de calcular las huellas ecológicas consiste en evaluar el impacto sobre el planeta de una determinada forma de vida, y compararlo con la biocapacidad del planeta, es por consiguiente, un indicador clave para la sostenibilidad de éste.La solución más sencilla sería matar a un tercio de la población, aunque no se vería con muy buenos ojos por gran parte de la población. Pero, se puede maquillar de algún modo. Existen guerras sin sentido, enfermedades nuevas que aparecen tan rápido como se van, epidemias que solo afectan a los que precisamente no pueden pagar su cura, o catástrofes naturales que solo suceden en países subdesarrollados.En épocas de grandes crisis, las guerras han regenerado e impulsado economías, algunas hasta convertirlas en superpotencias como es el caso de los Estados Unidos. Da mucho que pensar.La solución a todo esto, pasa por educar a las personas. Está demostrado que el nivel educativo de una persona está relacionada con el número de hijos que llega a tener. De igual manera que la educación está relacionada positivamente con la calidad de vida. Cuanto más eduquemos a nuestra sociedad, a mayor nivel de vida pueden aspirar y de manera indirecta y a largo termino, verán reducidas sus preferencias respecto al número de hijos. No por el aumento de su renta, si no por el aumento de esa calidad de vida general que aumenta el coste de vida en ese lugar y hace más complicado el hecho de tener hijos. Una de las razones por las que la tasa de natalidad es tan alta en los países subdesarrollados es por su baja esperanza de vida en recién nacidos y su mortalidad infantil, que motiva a las familias a tener más hijos para aumentar las probabilidades de que alguno llegue a la edad adulta. Es por eso, que debemos centrar toda nuestra ayuda no solo en salvar vidas, si no en educar a aquellos que no pueden ser educados, para así poder asegurar un futuro digno en los países más pobres y más sostenible para el planeta.
Rajesh Kumar Sharma, de 40 años, de Nueva Delhi, comenzó una escuela improvisada bajo un puente del metro, donde enseña a los niños de los barrios más pobres que frecuentan escuelas regulares en la ciudad. Él cree que la educación es el arma más importante para la juventud de la India, y los que no estudian están condenados de por vida