El Departamento de Justicia explica aquí en Washington que esta operación, que ha deshabilitado 18 dominios en todo el mundo, como Megaupload, Megavideo, Megaclick, Megaworld o Megalive, no forma parte de una estrategia mayor de ataque a páginas web de alojamiento y descarga de archivos. En el registro de las propiedades de los detenidos, la policía se incautó de 38 millones de euros, en cuentas y patrimonio de varios países, que han quedado congelados por orden del gran jurado. Solo en Nueva Zelanda, en la mansión del fundador de Megaupload, Kim Dotcom, los agentes requisaron 3,7 millones de euros en coches de lujo y 8,5 millones de euros en varias cuentas.
Los ojos del FBI se hallan ahora puestos en otras páginas de las que Megaupload se ha apoyado para mantenerse en funcionamiento desde 2005. Entre ellas, algunas son españolas. Se trata, sobre todo, de páginas de recomendación de enlaces, desde las que los internautas solían llegar a Megaupload y sus portales asociados. En un correo de mayo de 2009, Mathias Ortmann, jefe técnico de la compañía, arrestado en Nueva Zelanda, aseguraba que entre las páginas que contenían más enlaces a Megaupload se hallaban las españolas seriesyonkis.com, cinetube.es y taringa.com. En otro, del mismo mes, añadía que los sitios que más tráfico referían a Megavideo.com eran seriesyonkis.com, peliculasyonkis.com, dospuntocerovision.com y cinetube.es.
a demanda que han presentado los fiscales del Gobierno presenta cifras en consonancia con las de los daños que estima la industria. “Los acusados, y otros que este Gran Jurado conocerá o no, eran miembros de una Mega Conspiración, una organización criminal internacional cuyos miembros se hallaban inmersos en infracciones criminales de los derechos de autor y lavado de dinero a escala masiva, ocasionando un daño a los dueños de esos derechos de autor por valor de 500 millones de dólares [386 millones de euros] y con un lucro propio de 175 millones de dólares [135 millones de euros]”, dice la demanda.
Banda criminal
La investigación comenzó hace dos años, por iniciativa del Centro de Coordinación Nacional para la Protección de la Propiedad Intelectual del FBI. Hace dos semanas, un gran jurado federal de Virginia aceptó los cargos a trámite. Las detenciones se efectuaron el viernes por la mañana en Nueva Zelanda, cuando aún era jueves en Europa y América. De entre los cinco cargos, hay algunos obvios, como uno de conspiración para cometer infracciones de los derechos de autor y dos por infracción criminal de las leyes de propiedad intelectual. Hay además cargos por lavado de dinero y por conspiración para cometer fraude, al entender que los acusados se comportaban como una banda criminal.Los fiscales del estado norteamericano se refieren a los siete acusados (tres de ellos se hallan huidos) como la Mega Conspiración. “Los miembros de esa agrupación y sus asociados infringieron de forma criminal los derechos de autor, fueron cómplices en la infracción de los derechos de autor, y conspiraron para infringir los derechos de autor, algo que afectó el comercio interestatal en EE UU y con el extranjero”, asegura la demanda, que añade que emplearon su empresa para lavar dinero obtenido de forma ilícita, ampliando sus negocios en todo el globo. Explican los fiscales que fomentaban el tránsito de copias ilícitas de películas y canciones para aumentar los ingresos por publicidad en sus sitios web.
Como otros sitios, del estilo de RapidShare y MediaFire, Megaupload es un viejo enemigo de la industria del entretenimiento de EE UU. Para los empresarios cinematográficos y musicales es un medio de almacenamiento y propagación de contenido obtenido de forma ilegal. Eso no significa que todos los artistas le hayan dado la espalda. El año pasado, los cantantes Kanye West, Snoop Dogg, Alicia Keys, Will.i.am y Sean ‘Diddy’ Combs grabaron un vídeo promocional para la empresa ahora desmontada por el FBI, titulado Megaupload Mega Song, publicado en la red de YouTube.
Aquello provocó una guerra de la empresa ahora imputada con Universal Music Group, que ordenó que se retirara el vídeo de YouTube, alegando que muchos de esos artistas estaban bajo contratos propios. Megaupload contraatacó alegando que había firmado un acuerdo con cada uno de los artistas que participaban en el vídeo, y que la canción grabada era un tema original, no tomado de ningún álbum de los artistas. Hoy el vídeo sigue en YouTube, pero el caso fue un prolegómeno a la gran operación de esta semana, que demostraba la gran tensión de la industria norteamericana del entretenimiento con el portal de alojamiento web.
El FBI investigó a los acusados durante meses, y obtuvo copias de numerosos correos electrónicos en los que discutían asuntos como el de evitar que el gobierno de EE UU cerrara sitios web asociados a su empresa, dando muestras de que ya temían algún tipo de acción por parte del Departamento de Justicia. El hecho de que uno de sus servidores se hallara en la empresa Carpathia Hosting, en Virginia, le permitió al gobierno federal enviar a sus fiscales investigar el caso y presentar la demanda ante el gran jurado.