Marea verde, en esta ocasión festiva, en el centro de Dublín.
Todo en honor a él: San Patricio, aunque la temática no sea religiosa. Un desfile para celebrar la fiesta nacional del país en homenaje a quien les trajo el cristianismo. Y que otros llevan años importando.
La euforia infantil llega a Estados Unidos, ante lo que les viene de lejos, Pero que viven como si fuera suya, ya que aseguran que se sienten auténticos irlandeses.
La asumen por todo su cuerpo. Llevan el verde hasta el extremo e incluso adoptan la bebida más irlandesa. Ni la fuente de la Casa Blanca se ha resistido a cambiar de color.