El gobierno de Estados Unidos intensificó en los últimos 12 meses su histórica política de hostilidad y aislacionismo contra Cuba, confirmada a través de castigos a empresas extranjeras y restricciones adicionales para el sector turístico hacia la Isla. La administración del presidente demócrata Barack Obama, que en el 2011 había dado discretos pasos hacia la flexibilización en cuanto a viajes a la nación antillana, mantuvo no obstante el núcleo de las estrategias agresivas por medio de normativas del Departamento del Tesoro. El más reciente de esos decretos emitidos por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, siglas en inglés), adscrita al Tesoro, fue una exagerada multa de 875 millones de dólares contra el conglomerado bancario HSBC, entidad que supuestamente violó reglas del bloqueo contra Cuba. Estados Unidos mantiene hace 50 años un cerco económico, comercial y financiero contra Cuba que ha costado a la Isla, hasta diciembre de 2011 y considerando la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, un billón 66 mil millones de dólares, y que constituye una violación de la Carta de Naciones Unidas y de las normas del Derecho Internacional.