El secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, aseguró que su departamento está a punto de tomar una decisión para presentar cargos en base a diversas pruebas que involucran a grandes empresas financieras cuya actividad pudo derivar en la crisis económica de 2008.
"Mi mensaje es que cualquiera que haya infligido daños a nuestros mercados financieros no debe creer que están fuera de peligro a causa del paso del tiempo. Si alguna persona o alguna institución bancaria espera eso, que piense de nuevo", afirmó Holder en una entrevista con el diario "The Wall Street Journal".
Holder y la Administración de Obama se han enfrentado a crecientes críticas, sobre todo por parte de demócratas, por no presentar cargos penales contra los ejecutivos de alto nivel que se vieron implicados en la crisis de 2008.
El fiscal general estadounidense se negó a discutir detalles o decir cuándo se anunciarán estos casos, pero indicó que sus planes de abandonar su puesto antes de que concluya la legislatura, no afectarán a esas decisiones.
"Espero estar aquí para anunciar una serie de asuntos importantes", dijo.
Holder no especificó tampoco si la presentación de cargos contra alguna de esas grandes empresas financieras sería civil o penal.
En los últimos días, varios medios han indicado que el gobierno federal está llevando a cabo nuevos procesos contra los posibles abusos de las aseguradoras hipotecarias.
El crecimiento explosivo de este negocio ayudó a alimentar la burbuja inmobiliaria, lo que llevó a una crisis de crédito cuando la burbuja estalló y las instituciones financieras tuvieron que quedarse con acciones cuyo valor se había hundido.
A principios de este año, el Departamento de Justicia demandó a Standard & Poor y su matriz McGraw Hill Financial Inc. por sus calificaciones de bonos hipotecarios, al argumentar que la empresa engañó a los inversionistas, aunque la compañía ha negado los cargos.
Estados Unidos también presentó recientemente cargos penales contra dos ex inversionistas de JP Morgan Chase & Co., acusándolos de falsear las pérdidas en una serie de malas inversiones que finalmente costaron al banco más de US$6.000 millones el año pasado. - EFE.