Washington considera a los sancionados “cómplices” de la represión de las protestas sociales
El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo el miércoles que restringirá el ingreso a su territorio de varios funcionarios venezolanos que, aseguró, estuvieron involucrados en abusos a los derechos humanos durante los meses de protestas antigubernamentales que sacudieron al país sudamericano.
Desde febrero miles de venezolanos salieron a las calles de Caracas y las principales ciudades del país petrolero para protestar por la alta inflación, la persistente delincuencia y la escasez de bienes básicos.
Con el correr de las semanas las protestas se tornaron violentas y, hasta abril, dejaron 43 fallecidos y centenares de heridos, muchos de ellos, a balazos durante enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes.
La portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Marie Harf, dijo el miércoles que los manifestantes -estudiantes en su mayoría- fueron objeto de detenciones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza e intimidación judicial, haciendo eco de declaraciones similares de la oposición y diversas ONG.
"Aunque no identificaremos públicamente a estos individuos por la confidencialidad de los registros de visas, nuestro mensaje es claro: aquellos que cometan estos abusos no serán bienvenidos en Estados Unidos", dijo Harf en un comunicado.
Horas más tarde, el canciller de Venezuela, Elías Jaua, dijo que su país no había sido informado de la medida estadounidense y que, de llegar, las "evaluarán".
"Entendemos todas estas agresiones del Departamento de Estado como el grito desesperado de quienes saben que el mundo está cambiando", dijo Jaua en rueda de prensa.
"Bienvenida sea su furia si lo que se le intenta cobrar a Venezuela es el papel por luchar por una América Latina unida, de desarrollo, sin pobreza, estable, territorio de paz", agregó.
La medida del Departamento de Estado llega en momentos en que ambos Gobiernos volvieron a chocar por la liberación de un ex funcionario venezolano en Aruba que Estados Unidos quiere juzgar por acusaciones de narcotráfico.
En la víspera, el país del norte acusó a Venezuela de usar presiones económicas para que Holanda no extradite al militar venezolano Hugo Carvajal quien, finalmente, llegó a su país el domingo, desde Aruba.
Sin embargo, Jaua negó esas acusaciones el miércoles.
"Nosotros no somos como Estados Unidos, nosotros no presionamos a nadie, no chantajeamos a nadie", dijo. "Ese tipo de acciones es, como dijera El Quijote, señal de que avanzamos. Los perros ladran si seguimos avanzando".
Políticos opositores en Venezuela y el Gobierno estadounidense dicen que Carvajal, quien dirigió la inteligencia militar entre 2004 y 2008, es responsable de años de complicidad del Estado con el comercio ilícito de drogas y ayuda a las guerrillas colombianas.
Carvajal, que desempeñó su cargo bajo durante el gobierno del fallecido Hugo Chávez, ha negado las acusaciones.
Venezuela y Estados Unidos carecen de embajadores desde el 2008 luego de que Chávez echó al diplomático estadounidense en Caracas en solidaridad con Bolivia que hizo lo mismo unos días antes. En represalia, Estados Unidos también retiró al embajador venezolano en su país.
Y, desde que asumió como sucesor de Chávez, el presidente Nicolás Maduro ha expulsado a varios diplomáticos estadounidenses acusándolos de fomentar a la violencia y actos de sabotaje.