Estados Unidos debería abandonar el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, lo que sería “una ganancia” para el mundo, consideró este martes el embajador venezolano ante la ONU, Jorge Valero, en respuesta a las duras críticas de su homóloga estadounidense.
“Su gobierno ha amenazado con retirarse de este Consejo si no se archivan las críticas contra Israel”, lanzó Valero a la delegación estadounidense en la 35º sesión del Consejo de Derechos Humanos.
“Su retiro de este cuerpo sería una ganancia para los derechos humanos en el mundo”, agregó.
El gobierno de Washington ha amenazado estos últimos meses con abandonar dicho Consejo por considerarlo demasiado crítico con Israel, único país que tiene un punto fijo en el orden del día de todas sus sesiones, que se celebra tres veces al año.
Valero respondía así a la intervención, horas antes, de la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, quien acusó al gobierno de Nicolás Maduro de destruir los derechos humanos y la democracia, instándolo a abandonar el Consejo de la ONU de Ginebra.
“Si existiera un poco de vergüenza, el gobierno estadounidense es el que debería no solo renunciar a su puesto en este consejo sino también pedir perdón al mundo por las atrocidades que ha cometido a lo largo de la historia”, afirmó Valero.
“Insólito es que el imperio estadounidense, que ha masacrado pueblos enteros con sus guerras preventivas y practica la tortura contra personas arbitrariamente detenidos en centros ilegales, se pronuncie contra nación alguna”, agregó.
La de Venezuela “es una crisis económica, política y humanitaria que exige la atención del mundo”, había dicho previamente Haley, considerando que “el Consejo de Derechos Humanos no tiene excusa” si “continúa ignorando las violaciones y abusos que están ocurriendo en Venezuela”.
Si el gobierno de Caracas no puede luchar contra las violaciones de derechos humanos “debería renunciar voluntariamente a su lugar en el Consejo de Derechos Humanos hasta que ponga orden en su casa”, lanzó la embajadora estadounidense.
“Formar parte de este Consejo es un privilegio y un país que viola derechos humanos no debería estar autorizado a tener un sitio en la mesa”, añadió.
Con información de AFP.
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