David Sánchez habla de un tema que encuentro frecuentemente en mis cursos presenciales: si alguien no quiere cambiar, no cambiará…
Si, se puede forzar y obligar a alguien a hacer cosas, pero no se puede obligar a nadie a cambiar. Pretender eso es simplemente es estúpido e ineficaz, porque ese cambio no será ni real ni duradero. De los aprendizajes extraídos de leer a Eugenio, sin duda este es para mi el más relevante: el cambio debe ser genuino, salir de dentro, para ser real. De lo contrario, servirá de muy poco.
Según David, las personas que quieren cambiar (él habla de los genuinos) están comprometidos con el esfuerzo y dedicación que deberán invertir en cimentar adecuadamente una nueva forma de trabajar y de organizarse, mucho más efectiva y adecuada para los tiempos que vivimos
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Creo que el tema del compromiso no es tan blanco o negro. El nivel de compromiso está relacionado con el tamaño del problema. Encuentro muchas personas que realmente quieren mejorar su productividad, pero el tamaño de su problema no merece una gran inversión de tiempo. Es cuestión de ROI…1
Lo importante es trabajar con gente que tiene al menos algo de compromiso, porque las personas que no quieren trabajar para cambiar sus hábitos después del curso están perdiendo su tiempo en una formación.2
La productividad personal no es algo que puedes aprender en un curso o leyendo un libro. Sólo existe una manera de mejorar tu efectividad: poner las manos a la obra.
- Es la razón por que adapto los contenidos de cada curso que imparto a las expectativas, requerimientos y deseos de cada grupo. ↩︎
- Si encuentro alguien que está por obligación en mi curso, habitualmente le digo que lo mejor — para el, para mi y para el resto del grupo — es que se vaya. ↩︎
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