“Que si… Que todo el mundo me desea…”
Existen mujeres que se sientan con aire normal en una cafetería y piensan que la vida es un plató de televisión, porque mientras toman una coca-cola light se giran y divisan como una bella damisela mira hacia la puerta en búsqueda de su amante, con tal mala fortuna que se tropieza con los ojos de nuestra protagonista. La muchacha en cuestión no dudará en girarse a su acompañante y susurrarle al oído que aquella chica la desea, pero que ella no ha hecho nada al respecto y si debería de decirle algo o no. Antes de que pueda continuar, el camarero se acerca para dejar sobre la mesa un aperitivo, sonríe lentamente y se aleja, a lo que nuestra protagonista con cara asustada comentará a su acompañante de nuevo si ha podido ver como ha intentado ligar con ella, y a continuación hablará de esa chica de quién está enamorada platónicamente y asegura que siente lo mismo hacia su persona pero que es tímida. El caso es que amigos míos, esa mujer tiene un problema, es lo que llamaremos como: “efecto Afrodita”.
Todo el mundo desea saber cual es el secreto del poder de atracción, como conseguir ese efecto tan deseado en la persona que es objeto de nuestras pasiones mas ocultas, conseguir que ese sentimiento sea recíproco y acabe con buen final para ambos. Pero conseguir ese secreto es tan complicado… Sin embargo unas pocas personas piensan que tienen el poder, y es que una simple mirada, un pequeño gesto, una pequeña señal… Bastan para que ellas piensen que es objeto de deseo, algo así a lo que ocurre en el video de Jennifer lopez, donde todos los hombres al verla salen disparados para poder conquistarla. Pero las señales confunden, no siempre son 100% seguras, si no sabemos cuando alguien está realmente enamorado como vamos a saber si le interesas o no a esa persona. Un simple gesto es tan solo eso, si está acompañado de palabras e insinuaciones puede que lleves razón pero sino… Solamente ocurre en tu mente.
Hay muchas personas que tienen tantas ganas de sentirse deseadas, de llamar la atención, de ser el centro de conversaciones, de no pasar desapercibido… Que a la mínima oportunidad dan a entender que esas ganas son ciertas y que ella vale tanto porque los demás se fijan en ella, cuando en realidad los demás ni se fijan ni se dejan de fijar, que muchas veces miramos sin mirar y oímos sin escuchar. En un mundo donde las señales se encuentran superpuestas una tras otra, lo mas complicado es conseguir ese efecto tan deseado llamado Afrodita. Porque nadie somos dioses ni tenemos el poder de caer bien o gustar a todo el mundo, así que aceptémoslo y no pensemos que todo el mundo nos desea. Es lo que nos gustaría, pero no es la realidad.
Un gracias especial a Dani, que me ha inspirado en esta entrada…