Revista Cultura y Ocio

Efecto mariposa [3]

Por Julio Alejandre @JAC_alejandre

Efecto mariposa [3]11:00 Mari Paz
En la quinta planta de un edifico de oficinas, en un escaso pero agradable despacho, con vistas a la Avenida de América, acaba de finalizar una reunión de trabajo. Varias personas abandonan la sala en animada conversación, portando abultados cartapacios en las manos. Sobre la mesa ovalada de color nogal queda tan sólo una pila de documentos. La mujer que está sentada frente a ellos activa su móvil y encuentra un mensaje nuevo. Sonríe levemente mientras lo lee: la propuesta de almuerzo es muy sugestiva, a las dos y media, en el Mambrú. Juguetea unos momentos con el teléfono, mientras piensa la contestación y finalmente escribe un breve texto, en correcto castellano, aceptando la invitación.

11:02 don Rodrigo
Un hombre maduro sale de la sucursal de la Caja. Tiene porte de caballero decimonónico y andares majestuosos. El pelo, un poco escaso, peinado hacia detrás, la ropa bien conjuntada y un bastón elegante que apenas apoya en el suelo. Se acerca a la terraza del bar y se sienta en una ubicación policial desde donde domina una amplia panorámica. El camarero lo atiende con consideración y no tarda en servirle el martini que le ha pedido con especificación de sus características: negro, con sifón y pelín de ginebra, Tankeray, por supuesto, acompañado de un plato de brillantes, gordas y apetitosas aceitunas. Cuando se acomoda en el sillón ve a una hermosa mujer que avanza a buen paso calle arriba.

11:09 Margaret
La mujer del maletín, al girar la cabeza para cruzar la calle Claudio Coello, ve que el caballero le hace señas para que se acerque. Viste una chaqueta esport sobre una camisa de marca y lleva un pañuelo de seda al cuello. Le devuelve el saludo con una sonrisa artificial y mira rápidamente el reloj antes de tomar la decisión de sentarse junto a él. Vuelve a salir el camarero trayéndole un maritini blanco, en una copa cónica de largo pie. Al ponerla sobre la mesa, se le escurre y vuelca el líquido sobre la mesa. Parte de él se derrama por el borde de la mesa manchándole la falda a la mujer. El camarero se deshace en disculpas mientras el caballero intenta minimizar la mancha con un pañuelo blanco inmaculado que ha sacado del bolsillo. Le hace una seña al camarero para que limpie la mesa. La mancha, no obstante, permanece con terquedad en la parte delantera del pantalón y parece justo como si se hubiera orinado.


Efecto mariposa [3]
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