El lunes pasado escribí sobre los efectos positivos que había tenido el embarazo en mi cuerpo serrano y se me olvidó uno de los más importantes: ¡desaparecieron las migrañas!. No sé cómo se me pudo pasar, si fue uno de los más evidentes y de los que más me alegraron. Vivir con ataques de migraña es un coñazo, es muy incapacitante. Y, por desgracia, lo padecemos tanto mi marido como yo y varios de nuestros ascendientes así que me temo que el mico no se va a librar...
Lapsus aparte, le toca el turno a los efectos negativos, a las jugarretas que me gastaron las hormonas:
1. Mucho más vello, tanto corporal como facial. Y habrá quien diga que luego se cae pero en mi caso o todavía no ha terminado de caerse o ya no piensa hacerlo.
2. Crecimiento de las uñas y el pelo a una velocidad de vértigo. Un auténtico coñazo, porque cortarse las uñas de los pies cuando tienes bombo es una auténtica peripecia.
3. Sueño y cansancio. No tenía término medio. O estaba eufórica y llena de energía o estaba echa polvo.
4. Sofocos. Ahora sé lo que es la menopausia. ¡Qué mal se pasa!. Ese subidón de calor desde la punta de los pies hasta la punta del pelo. ¡Horrible!. Y me duró desde el principio del embarazo hasta que mi hijo tenía mes y medio.
5. Impresionante aumento de la sudoración. Soy de tendencia a sudar, pero lo que sudé durante el embarazo no era normal. Entre eso y los sofocos, parecía el guiñol de Camacho. ¡Lo que pude sudar en el verano de 2009!.
6. Atontamiento general. Mis neuronas se fundieron por completo. No daba pie con bola. Aún estoy recupérandome.
7. Propensión a llorar por cualquier cosa. Soy llorona, pero aquello no era un torrente.
8. Picores. La tripa me picaba muchísimo y también los brazos y las piernas porque se me puso la piel más seca todavía de como suelo tenerla.
9. Insomnio. Nunca he sido de mucho dormir, pero es que por la noche no pegaba ni ojo. Si hubiera podido concentrarme en algo, hubiera leído una novela por noche.
10. Y, el peor achaque de todos, el agravamiento radical del asma, que hasta entonces había tenido controlado.