De buenas a primeras no le prestamos atención. Para muchos pasan desapercibidos, pero sin ellos la película sería completamente distinta. No es hasta que –gracias a los contenidos adicionales– nos muestran de manera resumida el esfuerzo y la dedicación que se le puede dedicar a esta tarea, cuando nos empezamos a sensibilizar. Y luego sí, luego empezamos a fijarnos, a disfrutarlos y a destacarlos. Me estoy refiriendo los efectos de sonido.
Como no podría ser de otra manera, en el Studio Ghibli le dan muchísima importancia a este aspecto técnico. Y gracias a los contenidos adicionales de las ediciones en DVD y Blu-ray hemos podido ver cómo añaden los efectos a sus películas. Seguro que hay más profesionales encargados –sería injusto darle el mérito a una única persona– pero es Shuji Inoue uno de los encargados responsables más destacable en este área.
Gracias a reportajes como este, se muestra que en el Studio Ghibli tienen ojeriza a usar bibliotecas de efectos de sonido, muy frecuentes en el mundo de la animación ya que son cómodas de usar y ahorran mucho tiempo. Es por esta razón que prefieren grabarlos desde cero, ya sea desde su estudio o –si el efecto así lo requiere– de la manera más realista posible. Por ejemplo, para algunos de los efectos de Sen to Chihiro no Kamikakushi grabaron efectos de sonido en unos baños termales reales. Sorprende que no se graben los efectos con una escena en mente, sino que se graban cantidad y variedad de efectos para, posteriormente, escoger el más adecuado en función de la escena.
En los extras de Gake no Ue no Ponyo, en uno de los vídeos se puede ver reto que se exige Shuji Inoue para conseguir el tono de voz perfecto para una escena final de la película. Es una escena que pasará desapercibida para casi todos los espectadores y que, por lo tanto, no la valorarán en absoluto. Pero gracias a vídeos como este se puede comprobar la grandeza del Studio Ghibli. Y no me refiero únicamente a la habilidad de sus máximos representantes, sino a esos profesionales anónimos o prácticamente desconocidos que buscan la excelencia para ofrecer al espectador el mejor producto posible.