Hace unas semanas, la empresa farmacéutica AstraZeneca anunció que retiraba del mercado su vacuna contra el COVID-19. El motivo de su retirada era que podía provocar efectos secundarios tan graves como la trombosis, en casos "muy raros". Durante la crisis sanitaria los principios éticos de consentimiento informado, autonomía, justicia y beneficencia fueron conculcados