Qué si dieta a base de licuados para hacer un semi-ayuno détox. Qué si dieta hipocalórica para perder 3 kilos en 2 días. Qué si dieta de tomar solo fruta durante una semana... Qué si dieta de las 800 calorías. Y así decenas de propuestas "locas" que corren por la red para solventar de un "plumazo" el problema de los kilos de más. ¿Pero? ¿Realmente funcionan? ¿Son saludables? A mí no me lo parecen. Quizá ayudan a "deshinchar" y eliminar algo de líquido retenido en el organismo. Pero de ahí a adelgazar como es debido. No lo tengo tan claro.

Las calorías son referentes de muchos regímenes alimenticios. Ya sea para tomar la decisión de ver qué comprar para comer o qué alimentos ingerir o hasta en las campañas publicitarias, donde incluso se llega a resaltar que bebida tiene no tiene o es baja en calorías. (!Ojo! a caer en esta trampa que no siempre es saludable).

El simple hecho de consumir calorías (energía) para que funcionen correctamente todos los sistemas del cuerpo, se llevan a cabo múltiples procesos bioquímicos que consumen una cantidad mínima de energía (calorías). Para saber el mínimo de calorías que deberíamos comer, se calcula la tasa metabólica basal. Este mínimo depende de la edad, talla, peso, género y actividad física. Pero eso no es todo:
Por lo tanto, comer por debajo del mínimo requerido pone a sufrir a todas las funciones del cuerpo. Gracias a diversas investigaciones, en la actualidad sabemos qué consecuencias genera la poca ingesta de calorías.
Hace unos años se realizó un experimento donde treinta y seis voluntarios se sometieron a una dieta por seis meses con solo 1,600 calorías al día con una actividad física de 35 kilómetros de caminata a la semana. El resultado fue que los voluntarios se sentían apáticos, sin energía física, sin motivaciones personales e irritables. Empezaron a lamer los platos, a diluir las patatas con agua y a mantener por más tiempo la comida en la boca con la intención de prolongar el proceso de comer.


- Debilidad.
- Fatiga.
- Intolerancia al frío.
- Períodos menstruales irregulares.
- Debilidad y problemas sexuales
- Mareos.
- Estreñimiento.
- Hinchazón de las manos y los pies.
- Cálculos biliares.
- Riesgo de desnutrición.
- Gota (bebido al elevado ácido úrico).
- Caída del cabello y sequedad extrema de la piel
- Nerviosismo e irritabilidad
- Pérdida de sueño y problemas para dormir
Después de los seis meses reiniciaron una etapa dónde aumentaron el número de calorías consumidas. El mejoramiento físico fue evidente y casi inmediato, sin embargo, sus funciones cognitivas disminuyeron. La irritabilidad se convirtió en agresión, los cambios de ánimo fueron más pronunciados y continuaron lamiendo los platos. No fue sino hasta que pasaron nueve meses después de comer un número adecuado de calorías que el comportamiento social se estabilizó, los ánimos se equilibraron, pero nunca volvieron a comer igual. Les quedó una sensación de hambre, aunque sólo tuvieran un poco de apetito. (efecto colateral)


¿Y vosotros? ¿Soléis contar calorías? ¿Queréis perder peso antes del verano? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!
Besos desde mi blog!
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