El humo puede provocar una inflamación en el cerebro que persiste durante un mes o más. Este proceso inflamatorio afecta al hipocampo, que está asociado con el aprendizaje y la memoria.
Investigadores de Ciencias de la Salud de la Universidad de Nuevo México expusieron a un grupo de roedores al humo de leña en un laboratorio y encontraron respuestas tanto pro como antiinflamatorias cuando pequeñas partículas de humo ingresaban al cerebro.
La neuroinflamación puede provocar diversos trastornos cerebrales, como la demencia y la enfermedad de Alzheimer. Las personas expuestas al humo de los fogones o de incendios forestales pueden experimentar trastornos neurocognitivos o del estado de ánimo semanas o meses después.
Es por ello que las personas deben permanecer en el interior durante grandes concentraciones de humo y usar las máscaras N-95 como protección para quienes necesitan salir al aire libre.
La naturaleza intermitente de la exposición al humo es preocupante y plantea un desafío. Las fluctuaciones en los niveles de exposición tienen un mayor impacto en la salud que los niveles de referencia.
Este artículo fue publicado en el Journal of Neuroinflammation.